viernes, octubre 31, 2003


Para este día de brujas traigo imagen y link que me regaló la oruga (que suele compartir mundos nuevos). Este Gorey es coleccionable.

Ayer tuvimos cena-despedida-rencuentro; todos adormilados por ser jueves y después de una mudanza sorpresiva. A mi partner, Raúl, el pasado lo saluda: rencontró a un amigo hondureño después de 10 años, y el que es su amigo-hermano, el negro, amadisímo diseñador, parte a lejanas tierras. Los últimos vestigios de su pasado deambulan en los corredores de la casa, guardaditos en cajas. El negro poseía ese último territorio (lo guardaba en sus clósets). Aparecieron los libreros que necesitábamos para sacar libros de sus cajas-féretro; una mesa larguísima que vendrá aquí, donde las compus. Aunque la transformación tendrá que esperar una semana: este fin es pa los muertos.
El negro nos dejó algo pa recordarlo: su sirena y el angelito negro. Y su esposa (niña de luz y de azúcar) me dejó su Catrina de barro hermosamente frágil.
Un viaje postergado llegó. Habrá que acostumbrarse a sus ausencias y a ver un trocito de ellos revoloteando por aquí. Suerte.

jueves, octubre 30, 2003

Unas mañanitas pa la fla-k, ¡feliz cumple!

memento mori. de craneos y calaveras 2



La calavera puede aparecer bajo diversos disfraces los que muestran parte de la tradición de un grupo social. En un lugar como este donde la posibilidad de devorar a la muerte azucarada se ofrece en los estantes de los mercados (y también en los anaqueles del súper), la transfiguración de la calavera puede resultar en cualquier cosa:
En el s. XIX se publicaron las primeras calaveras literarias, popularizadas en los talleres de José Guadalupe Posada; caricaturas de personajes de la época acompañadas de versos humorísticos, de sátira impecable (e implacable). Emulando un epitafio se exhiben defectos, actos corruptos, manías y todo aquello que alimente la certera ironía. Y bajo el estandarte de la sátira (como nuestros caricaturistas lo han hecho por generaciones) se logra el salvoconducto para manifestarse cuando la libre expresión es una quimera.
Posada, más allá de ser el padre de La Catrina, de re-crear el icono de la calavera y de ser gran grabadista, fue un hombre de conciencia política y buscador de las causas justas.
Paradójicamente sus huesos terminaron en una fosa común, aunque la inmortalidad (nuestro recuerdo) no se eleva en un monumento de mármol sino en sus trazos, nuestros ya, hechos en vida.
La muerte, es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera.
J. G. Posada


miércoles, octubre 29, 2003

Regresando de casa del árbol. Pareciera que el día de hoy son dos días. Los fragmentos oídos y vistos en el transbordar de metros y micros ¿cuántos rostros, cuántas texturas, cuántos universos pasan junto a mí en un día de trajín citadino?
La voz del árbol tiene un dejo a infinito. Hoy hablamos de intersecciones, del misterio que encierra la encrucijada. Toparse con ciertos personajes es azaroso: pueden resultar significativos, pasajeros o entidades que transforman para siempre nuestro camino.
Y precisamente, para llegar a casa del árbol-que-abriga debo llegar a metro Cuatro Caminos: descomunal, atiborrado de huellas, un borbotante que alimenta de gente los subterráneos de la ciudad; túneles que se bifurcan, enredo de vías, acceso doble y los pasillos con letras del abecedario que indica el paradero para dirigirse a destinos diferentes.
Algunas etapas de nuestro andar llegan a un Cuatro Caminos: elegimos una letra a un destino desconocido; esta incertidumbre asusta pero excita.
Y entregué el libro for-ma-di-to. Qué sabroso regresar a la frescura de la colina. Hora de comer...

martes, octubre 28, 2003

memento mori. de craneos y calaveras 1


miquiztli (cabeza de muerto, en náhuatl)

El cráneo, esqueleto de la cabeza, figura como metáfora o alegoría a través de la historia: como símbolo de sabiduría y elevación espiritual, como alegoría de la muerte, como promesa de renovación perpetua que acaricia la idea de inmortalidad. Aún, en ciertas leyendas, es némesis del universo: es el cráneo del gigante Ymir el que formó la bóveda celeste.
Algunos atesoramos cráneos ya sea por fascinación, curiosidad o como catarsis de nuestro temor. Antiguamente los cráneos, de animales y rivales, se atesoraban bajo la convicción de poseer las cualidades del sujeto. Todavía en los cuentos de fantasmas se preserva la creencia de que es el cráneo el hábitat natural del alma.
Sus representaciones plásticas se antojan infinitas; en relieves, cristal de roca, metales preciosos, tinta y pinceles este icono es testigo antropológico y camino abierto para la búsqueda del más universal de los enigmas: la muerte.
Podríamos construir un osario de formas y letras de cualquier parte del mundo; apilar juntos a miquiztli (día del año azteca), las danzas macabras europeas, el cráneo de Postumio que sirvió de copa, el jolly Roger de un corsario, los cráneos de templos celtas y crear una nueva alegoría de humanidad donde las fronteras y las diferencias son apenas la astilla de un hueso. Y recitar aquellos versos de Hamlet al ver los vestigios del que fuera su bufón:
Where be your gibes now? your gambols? your songs? your flashes of merriment, that were wont to set the table on a roar? Not one now, to mock your own grinning?

lunes, octubre 27, 2003


Los bicicleteros de José Guadalupe Posada (reverencia)

Sólo venimos a dormir,
sólo venimos a soñar,
no es verdad, no es verdad
que venimos a vivir en la tierra.
(cantar azteca)


El cambio de horario es ley; puede uno bañarse sin ser presa de los osos polares. La mañana es más rendidora: da tiempo de machucarse un nervio y andar como robotín por la casa, tomarse unas pastas pa desentiesarse, descubrir que el que escaneó las imágenes para el libro les puso candado (bravo, tipo, ahora tengo que re-escanear), que el número de un fax no jala, y que los grillos-comida-de-geco se ponen muy festivos.
De esta máquina no me despegan, debo ganar tiempo para mañana ir al mercado: flores y velas para la ofrenda. La pequeña ofrenda de esta colina se pone el 28, día de los que se fueron por muerte violenta. Pero eso será ma-ña-na.
Mientras seguiré engolosinada con las métaforas del libro; limpiaré las plumas fuente que dejé remojando el fin de semana (todas tapadas, yo y mi adicción por la tinta de colores); jugaré con unos cuadros de Magritte y seguramente terminaré arrullada con la corrección de estilo; y huesos toda la semana.

sábado, octubre 25, 2003

6 meses

Este post no es para adentro, sino para afuera.
Iba a reservar este regalito de Nuez (cuyo blog y dibujitos son crujientísimos) para la próxima semana, pero me di cuenta que El Aljibe cumplió 6 meses:


patrocinado por nuez


Nada más festivo que algo personal y que de alguna manera representa lo que veo en bloguilandia: no el aparador donde exhibo mi móndrigo eguito, sino esos nombres que aparecen, que comentan, opinan y se recrean con las letras, y comparten un pedacito de sus universos personales. Gracias a los que visitan. (Medio cursi, and so???).

viernes, octubre 24, 2003

Realmente hubiese preferido estar ahorita en el brunch con mis amiguitos; no se pudo. No avanzo con el trabajo, no por apatía sino porque es inevitable detenerse a leer esos ensayos (métaforas de la lengua indígena); dejaré de leer y luego pediré un ejemplar del libro. Todo avanza lento.
Esa sensación de estático me recuerda a esos fenómenos de las ferias que eran exhibidos en frascos con formol: flotando quietos, sin tiempo, sin oficio ni beneficio. (Bueno, benificio sí, para el que cobraba las entradas). Estaban el niño-perro, los siameses, el niño-cerdo, el niño-cíclope, fetos de animales con 5 patas, o cuernos. ¿Quién recolectaba eso? ¿O iban los dueños a venderlos? Imagino: mucho gusto, soy recolector de engendros ¿no le sobra por ahí uno?
Por eso no avanzo, entre la imaginación y el recuerdo mi seso padece dispersión cósmica. Vámonos...

jueves, octubre 23, 2003


Ahumada

La adrenalina ha vuelto, ella tan informe y radiante como gotita de mercurio. Bastó con conseguir algún material para que el trabajo tocara a la puerta nuevamente (no entiendo ese afán de llegar en montón, pero bueno). Me llamó un corrector con el que trabajé varios años (cuando tenía hora de entrada, de salida, de comida, hijo en guardería, cocinada en las tardes, uf, tanta energía); ahora está en Tlaxcala, y de allá vendrán los textos, toda una revista.
Esa tranquilidad laboral no sirve del todo; hoy me desperté con un dolorcito profundo, me negué a bajar de la colina. Hay personas que tienen mayor influencia que otras, y sus juicios y valores pesan sobre nuestros días: en resumen, tienen poder sobre nosotros.
He elegido distanciarme de alguien (ahora ya no podrán decirme profesora); sus palabras me hieren sin él darse cuenta; y en esta vida no me toca ser masoquista (I hope). Y esa distancia presentida me duele, me entristece más de lo esperado.
Es mejor recoger nuestros fragmentos antes de que no quede ni uno solo.
A trabajar. Pronóstico: horas y horas frente a este monitor.

miércoles, octubre 22, 2003

memento mori. la flor de 400 pétalos

Mi abuelo está enterrado en un cementerio gentil de un pueblito que cada año entinta de anaranjado el ambiente. En cada casa se monta una ofrenda, acompasada con el altar familiar donde santitos y niños Jesús observan. De cada ofrenda se traza un camino con pétalos de cempasúchitl que llega hasta la entrada de la casa en cuestión; ahí el camino se une a la estela anaranjada del camino principal. El destino final de estos pequeños cauces es el cementerio. Todo lo que cohabita junto a este río de pétalos irradia tonos fantásticos: los difuntos encuentran el camino a casa, los difuntos encuentran el camino al panteón; todos disfrutan de la fiesta mas al final deben volver por donde vinieron.

Como toda flor, el cempásuchitl (marigold) simboliza la belleza de la vida y cuan efímera es; su color anaranjado se antoja el leif motiv de la ofrenda. Otras flores comparten la festividad: nubes blancas, crestas de gallo y terciopelos (púrpuras), narcisos... Despojada o en maceta las flores señalan al elemento tierra (un puñado de ésta debe estar presente); la tierra como último destino del cuerpo material y final necesario para toda renovación (tierra fértil).

martes, octubre 21, 2003


Sandy Skoglund

Dos horas bajo el metro, una y media de regreso; el-árbol-que-abriga vive tan lejos de la colina; no me dijo que estaba roto, que ya no se moverá hasta que lleguen los reflectores del quirófano. Su fragilidad me desconcierta, y la imposibilidad de contener sus pasos o de aclarar su mirada de ciénaga.
Hice lo único que pude, traerme parte de su trabajo: un monstruo para formar, que iré alternando con la corrección que llegó por otro lado. Y reparé su máquina, que como pequeño espejo decidió romperse al unísono.
Y ahora apartaré un día semanal para recorrer los laberintos de la línea azul, dormitar los minutos, los segundos de un recorrido conocido, de una historia que se repite aunque yo no quiera.
Bajaré los archivos mientras el caldo de res se calienta. La sopa siempre consuela. El caracol blanco despertó en mi ausencia (sube lento): conchas blancas, huesos blancos, todo se fragmenta.

lunes, octubre 20, 2003

Llevo 3 días con su ácida compañía, no recuerdo cuándo llegó; un chamuco me acompaña, gruñe a ratos y se burla a la menor provocación. Un chamuco sin azufre, pero eso sí, con poder de posesión. A ratos se apaga: un chamuco intermitente. Me lo llevaré al súper, a ver si en salchichonería logro que lo rebanen, como vil jamón, y ya así en porciones administradas no me anda jodiendo. La vil ira...

domingo, octubre 19, 2003


La liebre de marzo, de sir John Tenniel
De todos los personajes, me quedo con la liebre, para untar mantequilla al reloj y girar alrededor de la mesa, entre tintineos de vajillas y un eterno 6 de la tarde.


Contando segundos para salir a la calle, contando cuartillas de una corrección, contando voces nuevas, las calorías de una hamburguesa, los cristales de azúcar (tan perfectos ellos). Hay cuentas por cobrar, cuentas de cristal, cuentos des-narrados...

Sabado dulce, aunque lo de Alice estuvo desangelado (Rax dixit).

Me voy, escurramos postdatas:

P.D.:Sea, oruga: dulces sueños a Carvalho, el de los artilugios, el de las especies, el de los días de Vázquez Montalbán.

P.D.2:No todos los susurros son del agua. Sólo algunos se han ido en la concha verduzca, nicho de carnes rosadas: caracol, voz del ahogado. Están los susurros del desierto que blanquean espirales alargadas, laberintos que evocan minas y una ciudad fantasma. Gracias.

P.D.3: Para desentrañar el enigma de la Casa Gándara basta imaginar con la voz de Rax.


viernes, octubre 17, 2003

No bastan Alice y la liebre, los arcanos, los símbolos, las definiciones, el afán recolector ni las espirales de los cuentos para evitar estar perdida en la inmediatez de mi existencia. Patético.

memento mori. memento mori

A Rodrigo, que preguntó sobre el memento mori.
En el medioevo se llamaba así a aquella representación que recordara a los fieles que la muerte era parte inevitable de la vida: su mortalidad. Memento mori (recuerda, acuérdate de tu muerte), con él se realizan alegorías y series completas que se conocen como Danzas Macabras (Holbein tiene las más hermosas); y con ellas se retroalimentan las representaciones del Arcano 13 (el sin nombre) del tarot.
Claro, este mensaje llevaba implícito el temor a Dios y la necesidad de arrepentimiento de todos los pecados cometidos, nada que ver con la percepción prehispánica de la muerte que aunque inevitable tenía su halo de transformadora, y toda transformación es lo eterno (la muerte, paradójicamente, era la puerta a la inmortalidad).
Un memento mori (medieval), para las pupilas:

jueves, octubre 16, 2003



En la noche ayudé a Raúl a leer (y escoger) cuentos de niños indígenas, de todo el país y lenguas; el cuento original está en uno de tantos dialectos, el mismo alumno realizó su traducción.
Me quedé con uno dando vueltas en la cabeza: hay un iguano mágico y un trueque, ojos por flores; para recuperar los globos oculares perdidos que a su vez fueron canjeados por un par de tortillas. El problema no radicaba en conseguir ojos, sino conseguir los adecuados (o sea, los originales); unos eran chicos, otros grandes.
Me fui a la cama tardísimo elucubrando sobre el tamaño de los globos oculares y cómo cambiaría cada uno dependiendo del ojo obtenido en nuestras transacciones. Y a modo de ambientación (4 a.m.) el vecino tocaba el concierto de Supertramp, la canción lógica y todo el repertorio del concierto aquél. Cool.
Y luego me dicen que la culpa de mis insomnios es el café, ajá.

miércoles, octubre 15, 2003

El cambio de actividad ha transformado todo. Espero que abran la tienda del Italiano para ir a comprar café (el mejor café de la delegación, y lo tengo aquí arriba, en La Colina). Andar estas calles me ha sorprendido, he encontrado pequeños territorios que podrían perderse en la memoria (en esta memoria fantasiosa). Insisto, de lo pobremente cotidiano asoman los rostros inauditos. Dejo UN geco, muy verde; el que saluda aquí es parduzco desleído con pequeñas motas verde seco (y ojos negros como pozo y redondos como canicas):


memento mori. el papel

Ya en la cultura azteca se empleaban el papel para elaborar vestimentas y figuras sagradas, entintándolos con hule derretido. El papel picado de las ofrendas es resultado del mestizaje: de España llegan técnicas antiquísimas de oriente (China, 105 a.C.) que son asimiladas por los artesanos mexicanos. Es utilizado no sólo en el altar, sino en fiestas varias de las que dependerá la figura.
Cada pieza de papel picado exije horas de trabajo minucioso; el papel picado comercial (el que usamos) se realiza con suajes (y a destajo).
El papel simboliza la fragilidad e interactúa con uno de los elementos: el aire. Esta comunión da movimiento al altar y alegra la vista, con sus colores y formas, de vivos y muertos.
En ciertos lugares se dice que el papel picado es una servilleta, o mantel hermoso, con el que los difuntos pueden limpiar sus bocas después de comer.

martes, octubre 14, 2003


Ilustración de E. A. Jackson, Alicia en el país de las maravillas

Esta colina es una gran esponja; absorbe y absorbe agua: lluvia nocturna, lluvia de madrugada, lluvia en sueños. Tendrá que saturarse, y entonces ella, colina-esponja, emanará agua para hablar de lluvias.
La casa es un congelador, leo Alice bajo una manta; sólo las mañanas son frías (será que a mí las mañanas me dan zozobra); el frío de la tarde tiene un rostro más conocido.
Trato de buscar otros puntos de vista para la clase del sábado; igual me pasa como con Maldoror (nadie lee nada) y divago conmigo misma y el pizarrón nuevo (muy blanco, muy propio). Anoto fechas, sucesos políticos, recuerdo otros autores e intento digerir los comentarios de los iluminados (y los envidio, y quisiera ser de ellos breve reflejo). Quiero una edición nueva, ésta amarillea...
Bill-lagartija es como el geco, sólo que geco es un cazador pavoroso (ayer le dimos un grillo, zummm); y allá afuera hay conejos blancos, y corazones, tacitas de té pospuestas, y pájaros dando vueltas; y las convenciones insulsas, satirizables, pero con su poderoso dedo inquisidor.
Los que amamos a Alice deseamos ver un conejo que nos lleve al pozo de nuestros ensueños, creo.

domingo, octubre 12, 2003

(A lo lejos, chirriar de grillos). Los cálculos monetarios indican que es más prudente no ir al cinito; esta nave no se nivela; 3 trabajos sin pagar; 0 trabajos en la mira; 1 ansiedad; 1 estrés (muy corrosivo) aunque noviembre anuncia equilibrios.
Aunque sí tengo un par de cosas por hacer (poco remuneradas, metálicamente hablando), pero las quiero hacer. (Hoy no pienso en ellas, es DO-MIN-GO).
(Grillos) Me han traído un geco, con todo y pecera, hermoso animal, con ojillos de canica; lo acompañan, en pecerita anexa, una tropa de grillos (su alimento); se quedará unos días, la abuelita del dueño tiene gecofobia (aunque el plan original es que me quede con él forever). Geco dice hola y san Plátano ordena ver todo con ojos aplatanados (hay cosas más amarillas que los centavos). Frívolamente en huelga:


san Plátano en el ritual de emancipación, ja

sábado, octubre 11, 2003

Bad. Pospusimos la ida al cinito. Iremos al remedo de aquellas matinées (mañana todos tempranito, ¡arriba!). Sábado de pasta, de lodo en los pisos, de trabajos de escuela; sábado de huelga. Ya llegará el lunes (claro, el domingo también será de huelga).

memento mori. el pan

El pan es el símbolo del alimento esencial; para los cristianos el pan de vida es Cristo, el pan sagrado de la vida eterna. El pan en la ofrenda es la evidencia de nuestra idiosincracia cultural.
El pan representa la vida activa; su principio activo es la levadura; de ahí que el pan ácimo llame al estado contemplativo para la purificación interna mediante el sacrificio (la hostia es la heredera cristiana del pan ácimo judío).
El pan de anís, o pan de muerto, adquiere diversas formas; la más común es la de un domo coronado con huesitos, del mismo pan, y espolvoreado con azúcar. En algunos estados se elaboran figuras humanas, animales, o guirnaldas de una masa más consistente (diferente al esponjosillo pan comercial).

viernes, octubre 10, 2003


Llegó al buzón. Me la traigo pa ver los rostros, de ellos (Borges&Kafka), y de quien la mandó.

Mèrde. Rata murió. Anoche la observé, de la nada se descompuso (conozco el anuncio de la muerte ratonil). Me quedé en la aprensión, mal dormí. No es sólo la muerte de una rata, sino la fragilidad de cada silueta, de cada momento que uno intenta capturar y registrar (ese afán de perpetuar).
Ahora no sé que hacer con ella, se quedo tiesa en su nido; no sé si esperar al hijo o esconderla en el bote de basura y decir: rata murió. O dejar que la vea y abandonar mi vicio de sobreprotección.
He deseado que los hijos no se duelan, no azuleen como hago yo; lo he intentado. El azul es un gen recesivo; el hijo lo tiene, inevitable.
Lloraremos a la rata, la recordaremos como a otras ratas.
Hoy todas las ratas vienen a la memoria.
La fragilidad que más me asusta es la mía.

jueves, octubre 09, 2003

Cuenta un mito: La víspera del Día de Muertos Eulalia pidió dinero a su esposo, Juan, para preparar los alimentos y comprar los cirios. Juan se negó, el dinero es para los vivos, que ahí ella averiguara de dónde sacar. Eulalia, entristecida, elaboró tamales con harina de olote y hierbitas silvestres de la milpa. En lugar de aguardiente, ofrendó agua; en lugar de sal, caliza.
La Noche de Difuntos, Juan se fue a la cantina; el dinero es pa los vivos, ¡salud!, dos tequilas.
De regreso, muy cerca del río, vió pasar una comitiva: los primeros cantaban, reían y brillaban. Los últimos lloraban, cubiertos con sus rebozos, grises y traslúcidos. Al acercarse Juan reconoció los rostros de sus difuntos.
Corrió rumbo a su casa, despavorido. Prendió el fogón, mató un cerdo y él mismo fue temprano al nixtamal para comprar la masa de los tamales.
Esa noche montó una gran ofrenda, invitó a sus vecinos y rezó como un bendito.
Al día siguiente cayó enfermo, y no duró ni una semana. Todo había sido inútil; la noche de su tardía ofrenda, sus muertos ya habían partido.
Sea. La mezquindad es un monstruo hambriento. Con los vivos o con los muertos que cada quien se la coma con su pan, y provechito.

p.d.: odio a los mezquinos.

miércoles, octubre 08, 2003


James Nachtwey
El trabajo de este fotógrafo es inolvidable; ver su documental garantiza asombro doble: escucharlo es un privilegio (los ángeles existen).

memento mori. La sal

Solemos usar elementos para nuestros rituales, o simplemente para nuestra cotidianidad; pero desconocemos sus significados o las historias que giran alrededor. Dentro de las ofrendas cada elemento tiene un símbolo a contar. Cada uno es único.
Se comparte tanto la sal como el pan. La sal significa amistad y reunión, negarla es sinónimo de ruptura y enemistad (los aztecas negaban la sal a los tlaxcaltecas, por ejemplo). La ofrenda es re-unión, entre vivos y muertos; como condimento, regresará los sabores a la comida ofrendada, mismos que fueron tomados por los difuntos.
En otro nivel, la sal es símbolo de transmutaciones; en su dualidad es purificación, conservación; pero también corrosión y esterilidad (a las tierras yertas se les nombra también tierras saladas).
La sal conserva y purifica los alimentos, la salazón es el método más primitivo de conservación; no sólo para el consumo humano; las primeras técnicas de momificación se resumían en: sal.
En algunas casas mexicanas, en los entierros, todavía existe la costumbre de comer una pizca de sal antes de entrar al cementerio; la sal en nuestras bocas evitará que el alma del difunto (o de algún otro) se regrese, a nuestro lado, al mundo de los vivos.

martes, octubre 07, 2003

Ayer pasó el cuñado-junta-bichos; se dedica a recolectar arañas ponzoñosas para extraerles el veneno, mismo que los laboratorios compran para la elaboración de antídotos. Ver cajas con dos mil capulinas es irreal; lo real sucede cuando me topo con cualquier arañita de jardín, la mato sin dudar, no vaya a ser el diablo y sea una prófuga del cuñado.
Ayer traía una jaula repleta de ratones blancos (su pie de cría) cuyo destino es los estómagos de las tarántulas y una boa que tiene en su laboratorio.
El mundo carnívoro es implacable; sólo que al más carnívoro de todos, mi hijo, le entró su habitual espíritu redentor: pidió un ratón. Mi cuñado jamás dirá que no a la petición de animalito. Para colmo teníamos una pecera deshabitada. (Yo casi nunca digo no al espíritu redentor).
No odio a los ratones, y a las ratas citadinas guardo un gran respeto; amé a los hámsters hasta que sus muertes me anestesiaron; una en particular, la de Utopía, es inolvidable (pa que le puse ese nombre). Y otras historias ratoniles flotan en el ambiente. Ahora no me gusta agarrarlos, en fin... Rata Blanca dice hola y en mi frigo-casa duerme como lirón.

lunes, octubre 06, 2003


Magritte

Yo y Hormonitas somos incompatibles, imposible cohabitar con ella. Tenía que salir a una hora para llegar al aereopuerto, para ver a un amigo muy querido que anda en una encrucijada; me re-dormí, Hormonitas provoca un sueño de muertos; cuando vi el despertador ni en taxi llegaba.
Pero lo que tiene que ser será, ya estaba maldiciendo cuando mi amigo llamó (claro que me esperaba, cuando digo sí, es sí): no tiene boleto de enlace así que viene a la casa (sonrisas).
Y lo que no es, no fue: en el ambiente hay otros desencuentros; son como pozos en las paredes donde se escucha el eco de voces aún más amadas.
p.d.: conocer a ciertos Parásitos ha resultado gratísimo para todos, ser harto entrañable, que se repita.

domingo, octubre 05, 2003

Unos afirman que ciertas gamas de anaranjado y de púrpura equivalen al equilibrio (siempre deseado, mas harto frágil). Otros argumentan que el morado en las ofrendas alude a la iglesia cristiana, mientras que el anaranjado del cempasúchitl conserva su lado prehispánico. Los templates no pueden ser tan efímeros como una ofrenda: sus velas se extinguen, y las flores virtuales no conocen la marchitez. Pero yo no cambio esto para quitarlo en 5 días; ergo, que pinte el monitor un mes.

Luna bendita
de los insomnios

Blanco medallón
de los Endimiones

Astro fósil
que todo exilia

Celosa tumba
de Salambó.

Jules Laforgue (fragmento)

viernes, octubre 03, 2003


Giger

Le decía ayer a Rax que esta semana no fue la mejor para releer los cantos del amiguito Maldoror; exaspera los sentidos. Imagino que todo repta por ahí.
En las páginas accedemos a horrores ficticios (retratos de lo observado); pero en el mundo real (sí, que es real) chocamos contra otros horrores.
En la salida de la escuela del hijo suelen reunirse una variedad de mujeres (mamis de niños); ayer me topé con una que bien podría cohabitar en el bestiario de Lautréamont. La entidad hablaba, con gran bullicio, sobre su próximo viaje a Colombia: allá, donde otras amigas fueron operadas; decidía sobre un 36 B o 36 A. Podría decir que casi se convulsiona de la emoción; agitaba sus mechas güeras (esos tintes platinos son geniales); gesticulaba acentuando esos pliegues que se forman en las capas densas de maquillaje. Al final exclamó: Es EL sueño de toda mi vida, tener las bubis más grandes. Ante tal aberración supongo que el viento Maldoriano rugió, empecé a buscar una luna, un perro o al maldito pelo de Dios en la acera de enfrente: aghh, estoy dentro del libro.
No tengo nada en contra de la belleza, al contrario; como diría mi amigo el árbol: la belleza se agradece. Sólo que la susodicha entidad jamás será hermosa, su rostro esconde otras operaciones y esa voz de pitillo merma el artificio.
EL sueño de su vida se hará realidad, por ello, supongo, las otras mujeres festejaban y se alegraban (aleluya, aleluya); además remató con un: si me da tiempo, aprovecho y me opero la nariz. Tentada a disfrutar de dicha plenitud estuve a punto de sugerirle que pidiera al cirujano un injerto en el cerebro, callé porque no estoy segura si ya circulan en el mercado neuronas de silicona. Lo que Natura no da...
Hoy dejaré los Cantos, me centraré en los Bestiarios; eso me pasa por leer libros impíos. Y seguramente en un par de meses un 36 B aceche a la salida de la escuela. El horror... (En el espacio nadie escuchará tus gritos, Alien dixit).

jueves, octubre 02, 2003

Octubre inicia, para espantar las sombras (más bien porque no había opción) me dediqué a ser bolita metálica (como esas del Pin-ball) y rebotar por distintos puntos de la ciudad, resolviendo pendientes (amontonados por la apatía).
En una fría oficina oí recitar a un abogado la culminación de un proceso que duró un año; es irreal escuchar mentar los nombres de los muertos como si estuviesen sentados ahí. Finiquito. Salimos a Paseo de la Reforma, manifestación a la vista, y cielo despejado. Me entregaron un sobre con las fotocopias pertinentes; también dentro un Libro Pedido (que no encontraban en las cajas de la tía) que se había quedado en una maleta. Un libro de Cocina Yucateca. También tardó un año en salir.
Hasta que llegué a casa revisé el folder; la última hoja era una foto de mi primo. Fuimos cómplices: de los juegos gore, de la música de los 80, del silencio, de los te quiero sobrentendidos; pero también del temor, de la tibieza y de ese dolor culposo que nos tragamos en aquel velorio (debimos romperle su madre a la tipa aquella).
Mi primo-cómplice se mató en su moto; no falta el comentario:¡qué estupido! Cualquiera que conozca el sabor de la pasión entenderá el por qué alguien tira los dados aun frente a la posibilidad de terminar roto sobre el asfalto.
Sí. También éramos-somos cómplices de la estupidez. Buenas noches, primo.

El valiente

Ahí
donde la celeridad
es la comunión,
vértigo en los nudillos
la piel se abre.

Ahí,
donde ahuyentas el terror
de los días y veloz te elevas
como un pájaro extinto
memorioso de su cuerpo deleznable.

Ahora yaces
y heredas tu rostro encerado
a los ojos que se entornan
con tu ausencia.

Guardaré en una caja
tu rauda sombra.
El viento espira tu nombre.
Ahí,
los caminos son azules.