Calentando motores... aunque no se necesita mucho, el calor allá afuera está chamuquesco; pero aquí en la colina anda una brisita muy grata, igual de grata que rencontrar a los amigos después de días de encierro laboral. El fin de semana se alargará hasta mañana. Presentaremos unos librillos. Y aunque tengo que escribir unas líneas, no es lo mismo perderse en las líneas de la tipografía que en una brevedad sobre la poesía en prosa.
Después pondremos orden en estas paredes. Lavaré los vidrios. No quiero que nada se le pierda a la vista: esto es textual y esto, igualmente, es una alegoría. La adrenalina puede esperar.
Y: el agua de limón sabe mejor a la sombra de los árboles plomizos.
domingo, mayo 23, 2004
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