Definitivamente Hormonitas pertenece a algún grupo subversivo, hasta puede que tengan sedes bajo las alcantarillas para planear el boicot de los días. Ayer hice y deshice de tal forma que hoy pudiera saltar por la ciudad para ver al Árbol (que estará en cama días y días por venir). Y Hormonitas furtivamente agarra de cómplices al Cansancio y a mi Caos Personal para cerrar la puerta con llave.
Hormonitas ha dado golpes atroces, el peor fue hace muchos años, en el día de un examen: el resultado tuvo repercusiones infinitas; podría decir que ese día algo giro y me trajo aquí, donde ahora estoy parada (aunque el resultado no fue tan atroz). Y ahora debo adelantar lo adelantable para tener el viernes libre e ir a sentarme junto al Árbol. El ritmo de los días cambia.
Ciertos eventos que matizan nuestro camino son escandalosos, por ende detectables; pero hay otros más discretos aunque con el mismo rango de transformación. Están los rostros, los objetos, una canción, palabras sueltas, lugares; creo que estamos tan acostumbrados a la pirotecnia (y la deseamos) que somos incapaces de descubrir esas sutilezas.
(Aunque Hormonitas no es nada sutil ).
miércoles, enero 28, 2004
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