Desear hornear un pastel de Tres Leches debe ser pecaminoso pues las deidades --todavía desconocidas aunque, presentimos, iracundas-- nos roban el tiempo que creemos nuestro. Mas ya se llegará la hora de pecar con nuestros tenedores. Mientras celebremos en pantalla:
¡Feliz cumpleaños a ALBERTO!
Y también se llegará la hora de contar curiosidades del fin de semana. Siempre y cuando las susodichas deidades no hacen lo suyo: diluir, robar, esconder, borrar.
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