"Y está la azulísima sensación de sentirse fuera del castillo de muros impenetrables custodiados por alminares. Estar aquí afuera (que allá es el adentro), parado, lacio contra un muro aferrados a una ranura a través de la cual espiamos las formas. Es una necedad quedarse pues el muro no ostenta portones ni puentes levadizos ni drenajes profundos --para ser entonces una rata que devoraría tus ojos con fruición--. Y la necedad se escurre a la uña del dedo meñique izquierdo, el que escarba el espejismo de un túnel que atraviesa para ya no ser el espía de la imposibilidad."
lunes, septiembre 20, 2004
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