Hoy desperté con náusea, real y existencial. Ya tomé agua mineral, y nada. No sé si excedí mi cuota de café, de cigarro o ¿? (no tengo más excesos, creo). Ya se irá. Pero la náusea existencial es otra cosa. ¿De dónde vendrá la expresión? ¿De la obrita de Sartre? En ella hay un párrafo encantador: "Los pensamientos son lo más insulso que hay. Más insulso aún que la carne. Son una cosa que se estira interminablemente, y dejan un gusto raro. Y además, dentro de los pensamientos están las palabras, las palabras inconclusas, las frases esbozadas que retornan sin interrupción".
Una de dos: o estoy embarazada o empachada (existencialmente hablando); me inclino más por la segunda opción. Entre lo que leo, pienso y traduzco --y todas las palabrejas pospuestas en los golems-- me he empachado. ¿Sartreana? No. Eso era antes, en la adolescencia quizá. Y es que cuando uno ve la cara de la inevitabilidad se deja de nihilismos, existencialismos (y demás ismos) impostados, para convertirse en un Odiseo primigenio siempre a la deriva. (Claro, y por andar de navegante perpetuo uno se marea).
Úrgeme un alka-seltzer, real y existencial; voy a buscar en los estantes.
pd: una curiosa convocatoria de Osiazul pa quien no ande con náusea.
lunes, agosto 02, 2004
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario