Colecciono cuadros virtuales de Beksinski que logran inundar mi monitor; sólo uno me ha parecido, realmente, terrorífico. Todos lo son, aunque el terror se queda en los trazos y no sale del cuadro (entonces soy espectador); este me provoca lo contrario, el terror sale de aquí dentro, inunda las cavidades y se esparce por las paredes del cuarto (aquí soy protagonista). Es una alegoría de todo aquello que no quiero ver, recordar, intuir, aceptar ni sentir. Este fin de semana es una mancha que se extiende:
domingo, diciembre 07, 2003
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