Me parece que ya no bajaré de la colina. Ya tengo todos los ingredientes de la cena, el bacalao en remojo y una dotación de grillos y gusanitos-feos para el geco. La ciudad está revoltosa, seca y polvorienta.
Recibí llamada de los hijos desde el cálido Veracruz y ahora una llamada de nuestros amigos que emigraron a España; en el e-mail hay postales virtuales en tropel: estas voces se agradecen pues gracias a ellas uno se pone festivo, a pesar de esos lugares que este año no pondremos en la mesa.
Me voy por unas hogazas, no pretendo enfrentar el gentío mañana; esas hogazas duran días con una frescura inusual...
martes, diciembre 23, 2003
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