Llevo 3 días con su ácida compañía, no recuerdo cuándo llegó; un chamuco me acompaña, gruñe a ratos y se burla a la menor provocación. Un chamuco sin azufre, pero eso sí, con poder de posesión. A ratos se apaga: un chamuco intermitente. Me lo llevaré al súper, a ver si en salchichonería logro que lo rebanen, como vil jamón, y ya así en porciones administradas no me anda jodiendo. La vil ira...
lunes, octubre 20, 2003
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