Oh, sí, La Candelaria. Una fiesta mariana, o sea, del culto a la virgen. El día de La Candelaria se celebra La purificación de la Virgen (sí, por eso es virgen). María no volverá a pecar, y no porque se lo prohiban: es tocada por la gracia divina y en ella la tentación no hará meya. Además es librada de la impurezas implícitas de la maternidad: la concepción y el alumbramiento. Y esta es palabra de Dios (te alabamos, bla, bla).
Sí, ser madre está catalogado como algo sucio en el Antiguo Testamento (háganme el ca... favor). Y sí, de ahí la Inmaculada Concepción (cuyo festejo es otro día). Y sí, toda esta visión de inmundicias y purificaciones me parece absurda.
Supongo que todo este asunto de la maternidad ¿divina? tiene algo que ver con la costumbre de llevar niños-dios a la iglesia. No tengo ni idea si en otros países ocurre lo mismo, pues supuestamente el festejo se limita a una procesión con velas (candela-candelaria), por aquello del fuego purificador. Pero sí, junto al niño por bendecir se coloca una vela (que resultará bendita).
¿Y yo por qué sé esto?
Ah, en mi otra vida fui monja (a huève). ¿O bruja?
Mejor me voy a prender mis cirios y a guardarme en la oración.
p.d.: (San plátano, el más bendito, dame luz)
p.d.bis: (no tiro al niño-yeso porque sus ojillos de vidrio me provocan ternura, uf)
martes, febrero 03, 2004
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