Beksinski
Y según mi hagiografía personal, san Huevo existe
(no confundir con san Plátano); sin verlo, creía en él;
un día me topé con su rostro verdadero.
Hay que llevarlo en la cartera y sacudirlo, a modo de sonaja,
para recibir su bondad, sea.
Publicado por Erika Mergruen en 8:39:00 a. m.
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