Insomnio terrorista, quiere revertir mi horario de gallina sin corral; por todos lados se escuchan los pasitos de mis fantasmas; feo vicio el de empañar todos los recuerdos. Si cada uno fuera un abalorio suelto dormiría plácidamente; yo los engarzo, formo líneas, las ato; formo redes que me atrapan fácilmente.
Trece años son pocos, trece años son demasiados. Y hace trece años, durante una fracción de tiempo, todo tenía sentido. Ahora, lo busco en los más nimios detalles.
Semana para releer a Ducasse, y a otros compinches franceses; daré una clase conocida como conocida será la sensación de que no importa lo que diga: nadie dirá nada porque nadie habrá leído nada, y los versitos miles son prescindibles en los días de los otros.
Será que esos libros son escondite, cuevas con folios, empapeladas, llenas de tinta, nichos de voces muertas. Yo necesito esconderme, los otros no.
lunes, septiembre 29, 2003
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