Llueve de noche. Llueve de mañana. Lloverá todo el año, y el siguiente, y el que sigue a ese. El Valle se inundará inevitablemente; mi colina será un puerto; derribaré este edificio y construiré un faro. Los citadinos grises tendrán agallas, comerán lirios; los más grises serán los ahogados de los cuentos.
Invitaré a mis amigos a vivir en el faro, pasearemos en bote; a través de la superficie del mar-nuevo observaremos a sus habitantes nadar de aquí para allá. Las noches serán luminosas: mar de algas iridiscentes.
Un científico extranjero dirá que descubrió la Atlántida; la gente hablará de nuestra ciudad, maravillada.
Las ratas serán bagres, las cucarachas crustáceos juguetones; azul-cielo, cielo-estrellado.
Lloverá todo el año y todos los años subsecuentes. Y en esta historia el arca-guarida no ha de existir.
viernes, septiembre 05, 2003
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