martes, marzo 16, 2004

Ah, qué los actos punitivos en las escuelas. Hoy el hijo se quedó en casa, lo suspendieron por esconder una lonchera (jeje); la suspensión me vino como anillo al dedo porque así justifiqué mi ausencia en la junta de madres-organizadoras-de-su-día en donde se discutiría sobre qué disfraces usarán el 10 de mayo (huevi-huevi). Lo curioso es que también suspendieron al amigo-vecino de mi hijo (a ese por dibujar una caricatura de una compañera, jeje). Y aquí andan los dos, en su día de asueto.
Y claro, deberían estar castigados por haber sido castigados, pero honestamente, no entiendo la gravedad (y odio los métodos correccionales de la escuela, que los pongan a trabajar el doble pa que les duela, no les den vacaciones). Enfin...
En otros lares, fatal espejo cambió su look y reorganizó su foro; Fatal espejo, comandado por el monstruo de dos cabezas, es una buena opción para comentar, promocionar, descubrir y agendar eventos. De paso, se puede leer al artista del mes: María Baranda. Ojalá otros lectores naufraguen con su libro Dylan y las ballenas.
Au boulon!

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