jueves, marzo 04, 2004

...y colorín colorado este golem se ha acabado. Entradita la madrugada he corregido la última palabra: quedó vidrio. Y se acabó, no más elucubraciones sobre ese golem, a otra cosa, mariposa.
Me ha quedado esa sensación de que no basta develar los universos, ni intuir las escencias, ni suspender en espacios imaginarios las sensaciones. Tener ojos observadores no basta porque al tratar de traducir todo esto en palabras, ellas no son suficientes. Y no es culpa de la frontera del morfema, sino de la voz (la mía) que las utiliza. Desearía que mi voz alcanzara grandes vuelos y fuera albatroz; mas esta voz (la que me tocó, la muy ingrata) no tiene alas, sino dos patas y corre y corre y no dice casi nada. Comprobado: terminar un golem es comprar un vacío.
Y enfin, que debería dedicarme a hacer galletitas, que en las galletitas uno encuentra consuelo, y en las palabras desaladas sólo desaliento. (Sí, la poética de las galletitas es ley).
Casi alcanzo mi agenda, tengo listos los envíos de las galeras y quedan otras cuartillas para leer (algo de divertimento). Pero hay que hacer una pausa. Me voy a desayunar con la cofradía.

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