1. A lo mejor me gusta ver la gimnasia en las olimpiadas por simple nostalgia de nacida en los 60. De niña me tocó ver a Nadia en televisión. Y sí, dediqué parte de mi infancia a dar saltitos y mortales. Y aunque ahora lo único mortal que acuno es el humo del cigarro, sigo viendo la gimnasia en las olimpiadas.
2. A veces se me antoja vivir en un Imperio, con todos sus pros y contras. A veces me cansa vivir en un país bananero, con sus "ya mero", su corrupción, su ignorancia y su burbujeante mediocridad. Y no quiere decir que los Imperios sean pulcros, la mierda es universal. Pero, ay, la mierda es diferente en un país bananero.
3. Me gusta ver la gimnasia y por eso enciendo el televisor: ahí están, hombres y mujeres, con ese inaudito control del cuerpo, como si cada músculo tuviera conciencia. Giran, saltan, hermoso. Y es hermoso hasta que la bananera Televisa decide bifurcar la pantalla: por un lado los gimnastas, por el otro los "mexicanos en acción". Intento ver a los músculos hacer cabriolas pero el estúpido comentarista insiste en que vea a "los mexicanos en acción". Y escucho: estas dos mujeres han logrado la hazaña, ganaron un set, nunca visto en las historia.
4. Mujeres bananeras, comentarista bananero, televisora bananera, regresen a los gimnastas, pendejitos, estoy hasta la madre de las ¡oh, grandes hazañas de este país de bananas!
5. Me enojo, me río, y luego me da una profunda tristeza. Apago la televisión, me voy a la cocina: en mi frutero las bananas me sonríen: pendejita, tu también eres bananera.
6. Me gusta ver la gimnasia por simple nostalgia. Al rato prendo la televisión y me aguanto cuando bifurquen la pantalla con "los mexicanos en acción".