lunes, febrero 28, 2005

Huelga blogueril



A la huelga, me convoco a mi misma contra mi misma. Témome que debo repartir los próximos días entre la compu y mis brochas decoradoras. No he logrado terminar un trabajo que debo entregar ya, y el próximo cuarto por pintar no puede pasar del fin de semana. Ergo, en mi pliego petitorio, exijo todo el tiempo para dos actividades (claro, más las labores cotidianas que todos creemos tan insignificantes pero son voraces en cuanto a minutos se refieren). Y enfin, me voy a la manifestación, ahí se quedan las burbujas y... nos veremos al pasar el Rubicón.

jueves, febrero 24, 2005

exabrupto

Es tal la tibieza, por no decir grisura, que para manifestar mi hartazgo por lo símbolos he colgado un Snoopy como fondo de la MAC. Hoy voy a presentar palabras aunque con éstas no ando muy contenta, están percudidas. En el afán de buscar símbolos por todos lados he logrado exprimir todo, a tal punto, que tengo un tendedero de jergas inútiles.
Jergas. Hoy es día de la bandera, y los símbolos de sus colores son quimera. Me dice más verde-jalapeño, blanco-cebolla y rojo-jitomate. Es más tangible y más sabroso si hacemos pico de gallo.
Hay días en que uno se cansa de todo y de todos y un Snoopy dice más que mil palabras.
Lástima que no encontré al jijo perro en su versión de Barón Rojo, para ametrallar palabras. Aunque así dormido, tendido al sol, invita a ignorar todo... ¡Snoopy pa presidente!

miércoles, febrero 23, 2005

Entre café, cigarro y café he tratado de recordar los detalles de algunos cuadros vistos el sábado. En una expo suelo ver primero el cuadro y luego su título y su autor: es una buena secuencia, sólo así se descubre que el cuadro soso era un Diego Rivera (imagino sus pininos), el más plano era un Munch y el cuadro más impresionante era de un polaco (cuyo nombre preguntaré al partner). Recuerdo los originales para una edición, y de ellos la capitular de la letra O de la cual pendía un murciélago, y el dibujo a lápiz que tenía unas estrellas diminutas pintadas de blanco y cuyo efecto era el de un intrigante resplandor. El cuadro más luminoso era el de una danza macabra moderna pintada en negro, blanco y esa infinita gama de grises. Los detalles se desvanecen e intento, con las palabras, hacerlos permanecer. Mas ellas y la memoria son perecederas, limitadas, pequeñas. Entonces comprendo la urgencia de las formas y la luz: la que mueve al pintor a recrear la piel con fórmulas inauditas del óleo, la que materializa miles de plumas para afirmar que los seres alados existen, la que sorprende al fantasma de una niña que regresa a su tumba, la de la imagen borrosa del torbellino de los adúlteros. Y la palabra, gran estafadora, sólo seca las pieles, fractura alas y exorcisa el entorno. En ella no hay luz, ni forma, acaso la memoria de su limitación.

lunes, febrero 21, 2005

lunes tarotero

En parte al uso de fórmulas áridas, ciertos arcanos mayores son menos atractivos que otros. Después del arcano sin nombre (La muerte), La torre y El diablo, El ermitaño provoca sentimientos encontrados: se le asocia con la soledad, la vejez, el abandono y demás clichés contrarios a lo que "se espera" en nuestro contexto histórico.


Tarot de Marsella


El arcano nueve es la primera parada, dentro de la secuencia de los arcanos mayores, para realizar el recuento de nuestro andar. Es la vía de la reconciliación con uno mismo, del autoconocimiento y del cierre consciente con el pasado. El ermitaño ilumina lo que sólo es carga y lo que es bagaje necesario para seguir de frente. Su número, el nueve, indica el fin de la gestación y anuncia el inicio del camino que nos llevará a nuevas experiencias, pero sólo si realizamos la parada necesaria para percatarnos de nuestro nuevo estado. Enseña el valor de la soledad como vía de autoconocimiento y no la del aislamiento depresivo. Es una carta de crisis necesaria para la renovación del pensamiento y la reafirmación del yo espiritual. A veces, el ermitaño no está en uno mismo, sino en un tercero que puede mostrarnos el camino (siempre y cuando no sea un falso gurú).


Tarot de Dalí

viernes, febrero 18, 2005

--¿Estará muy largo?
--No sé, el post aguanta ¿no?
--¿Y si no lo leen?
--Pues que no lo lean, allá ellos.
--Ya vete a limpiar tu muladar. Postéalo y ya. Está pocasumadre.

DECLARACIÓN DE AMOR
Efraín Huerta


Ciudad que llevas dentro
mi corazón, mi pena,
la desgracia verdosa
de los hombres del alba,
mil voces descompuestas
por el frío y el hambre.

Ciudad que lloras, mía,
maternal, dolorosa,
bella como camelia
y triste como lágrima,
mírame con tus ojos
de tezontle y granito,
caminar por tus calles
como sombra o neblina.

Soy el llanto invisible
de millares de hombres.

Soy la ronca miseria,
la gris melancolía,
el fastidio hecho carne.
Yo soy mi corazón desamparado y negro.

Ciudad, invernadero,
gruta despedazada.

Bajo tu sombra, el viento del invierno
es una lluvia triste, y los hombres, amor,
son cuerpos gemidores, olas
quebrándose a los pies de las mujeres
en un largo momento de abandono
--como nardos pudriéndose.

Es la hora del sueño, de los labios resecos,
de los cabellos lacios y el vivir sin remedio.

Pero si el viento norte una mañana,
una mañana larga, una selva,
me entregara el corazón desecho
del alba verdadera, ¿imaginas, ciudad,
el dolor de las manos y el grito brusco, inmenso,
de una tierra sin vida?
Porque yo creo que el corazón del alba
en un millón de flores,
el correr de la sangre
o tu cuerpo, ciudad, sin huesos ni miseria.

Los hombres que te odian no comprenden
cómo eres pura, amplia,
rojiza, cariñosa, ciudad mía;
cómo te entregas, lenta,
a los niños que ríen,
a los hombres que aman claras hembras
de sonrisa despierta y fresco pensamiento,
a los pájaros que viven limpiamente
en tus jardines como axilas,
a los perros nocturnos
cuyos ladridos son mares de fiebre,
a los gatos, tigrillos por el día,
serpientes en la noche,
blandos peces al alba;
cómo te das, mujer de mil abrazos,
a nosotros, tus tímidos amantes:
cuando te desnudamos, se diría
que una cascada nace del silencio
donde habitan la piel de los crepúsculos,
las tibias lágrimas de los relojes,
las monedas perdidas,
los días menos pensados
y las naranjas vírgenes.

Cuando llegas, rezumando delicia,
calles recién lavadas
y edificios-cristales,
pensamos en la recia tristeza del subsuelo,
en lo que tienen de agonía los lagos
y los ríos,
en los campos enfermos de amapolas,
en las montañas erizadas de espinas,
en esas playas largas
donde apenas la espuma
es un pobre animal inofensivo,
o en las costas de piedra
tan cínicas y bravas como leonas;
pensamos en el fondo del mar
y en sus bosques de helechos,
en la superficie del mar
con barcos casi locos,
en lo alto del mar
con pájaros idiotas.

Yo pienso en mi mujer:
en su sonrisa cuando duerme
y una luz misteriosa la protege,
en sus ojos curiosos cuando el día
es un mármol redondo.
Pienso en ella, ciudad,
y en el futuro nuestro:
en el hijo, en la espiga,
o menos, en el grano de trigo
que será también tuyo,
porque es de tu sangre,
de tus rumores,
de tu ancho corazón de piedra y aire,
de nuestros fríos o tibios,
o quemantes y helados pensamientos,
humildades y orgullo, mi ciudad,

Mi gran ciudad de México:
el fondo de tu sexo es un criadero
de claras fortalezas,
tu invierno es un engaño
de alfileres y leche,
tus chimeneas enormes
dedos llorando niebla,
tus jardines axilas la única verdad,
tus estaciones campos
de toros acerados,
tus calles cauces duros
para pies varoniles,
tus templos viejos frutos
alimento de ancianas,
tus horas como gritos
de monstruos invisibles,
¡tus rincones con llanto
son las marcas de odio y de saliva
carcomiendo tu pecho de dulzura!

miércoles, febrero 16, 2005

Todo lo que sube tiene que bajar, como el ánimo, como la marea. Soñé con una casa, alegoría de esta, a la cual debía poner orden porque llegarían unos personajes ilustres. Era de tres pisos, vetustos y pequeños, conectados entre sí con una escalerita de caracol. La casa se inundaba, primero el patio y luego la planta baja. La causa parecía ser la bomba de agua que solía trabarse (en el sueño) provocando la saturación del tinaco. Para desaguar el lugar bastaba apagar la bomba. Sólo que al buscar el switch en el agua turbia, que me llegaba a medio muslo, había peces. No di oportunidad al asombro. Tenía que parar la inundación.
Detuve la de la casa que resultó funcionar como vaso comunicante con el mar. De ello me percate al salir de la húmeda morada, llevaba una red con un pez adentro que se asfixiaba. Tenía que lanzarlo a algún lugar. La calle estaba inundada, en ella no sólo nadaban peces sino rayas, grandes meros, tortugas, desesperados en el agua turbia. Con el agua al torso, trataba de esquivar sus grandes cuerpos, algo temerosa por no saber qué había en el agua.
Los seres marinos nadaban hacia la orilla, se atoraban en los coches semi sumergidos, en las ventanas de las casas, chocaban con los postes. Eran seres tristísimos. No entendía su urgencia por asfixiarse con el aire retorciéndose sobre la tierra. Entonces el agua enrojeció, era la marea roja. Y en el sueño comprendí la certeza de que dentro o fuera del agua todos esos seres morirían. Su urgencia era la del suicidio. Desperté.

lunes, febrero 14, 2005

La casa es un desmadre y el inútil de Roderico se limita a nadar y hacer buches de pintura en mis mezclas coloridas. Según el tiene artritis ¿cómo? si no tiene ni un pedazo de pellejo en las coyunturas. Pero enfin, mientras nada cual charal me cuenta una historia "antes de":
"Érase una vez un bosque verde. En él revoloteaban las mariposas, fluía un río y se elevaba una montaña. En la cueva a orillas del río vivía una osa. En la cueva de la montaña escarpada vivía un oso.
Un día, cuando los salmones regresaban a su casa, todos los osos se reunieron en el río para comer. Porque los osos, todos, son glotones. Oso cazaba. Osa cazaba. Y entre caza y caza se toparon nariz con nariz. Oso y osa se enamoraron, y para su amor construyeron una casita lejos de la cueva de la montaña y lejos de la cueva del río. Se casaron y tuvieron un bebé oso. Entonces oso y osa se llamaron papá oso y mamá osa. tan-tan".

Y esta es la historia "antes de" de los célebres osos de Ricitos de oro. Lo difícil es conocer la historia "después de" (en este caso, "después de nefasta Rizos de oro"). Podemos adivinar que papá oso (antes oso) reparó la sillita de bebé, que mamá osa (antes osa) tendió las camas; y tal vez dejó de preparar avena mañanera; y que bebé oso tuvo pesadillas recurrentes con una niña. Pero ¿qué pasó después? Roderico dice que todo lo que está enfrente es un misterio (voy a darle un brochazo, ¡Feliz valentín!).


papá oso y mamá osa antes de Ricitos de oropel

viernes, febrero 11, 2005

Y llegó lo que estábamos esperando: Faraón: el culto al Sol en el antiguo Egipto, será inaugurada el 31 de marzo próximo, en el Museo Nacional de Antropología . Desde la expo de Koudelka, nada tenía categoría de anhelado. Claro que en mi lista tengo otras cosillas pa que los museos mexicanos me cumplan. Y ojalá la expo faraónica lo sea y no nos traigan muestras, como expo de "nouvelle cuisine". Los sentidos han de ser hambrientos, que ese es uno de los pocos privilegios de tener carne en el esqueleto.
Mientras llegan los señores del Nilo, y para el siguiente fin de semana, no este, toca ir al MUNAL a ver pintura simbolista. Caray, a ver si en mi próxima vida regreso monero o pintor minimalista, o grabador. Aunque me arrojen jitomates, cambiaría mis letras por una viñeta. Pero para todo hay remedio: en mi búsqueda incesante del caos he tomado brochas y pinturas coloridísimas, y desde el domingo renuevo mis santos aposentos (quitar papel tapiz es una maldición). Este año cumplo diez en esta casa, la casa de la colina, la casa del salmón. Me percaté del paso del tiempo cuando la hija, casi de mi estatura, me pidió que le quite el color rosa --que amaba de niña-- de su cuarto: ahora lo odia. Y mi cuarto es el conejillo de Indias: púrpura y anaranjado. Va.
Pintar, aunque sea con brocha gorda, es hermosamente apocalíptico.

miércoles, febrero 09, 2005

Por ahí de enero 12 hice burla de la vida del salmón, que nunca de su muerte. A ésta agradecemos por los trozos coloridos que alegran nuestros platos.
Algo de necedad y de energía descarriada posee el salmón. Elige salir al mundo --acuático-- aunque deba regresar a su cuna, a reproducirse y a morir. Cualquier lugar es bueno para realizar ambas funciones. Pero no, el salmón regresa, contracorriente, a hacer lo suyo. Y en el camino, los enemigos acechan. Rackham, lo sabía:


"Los enemigos del salmón" de Arthur Rackham


Como el salmón, uno no se cansa de observar las ilustraciones de este señor. Para muestra basta un botón.
Mientras, los leo y piscis van a la cabeza, seguidos por los acuario (que aparecieron volátiles cual son). ¡No hagan trampa!
Nota: No existen ni sagitarios ni aries en este lugar. Misterio.

lunes, febrero 07, 2005

El café (los cafés) mañaneros son vitales, sobretodo si una no logra despertar del todo hasta las 10 am. Creo que las primeras horas del día las sueño, y a ellas asigno los trabajos mecánicos --y milenarios-- en los que no hay riesgo de hacer tropelía alguna. Me gusta el café negro, solito; salvo el mañanero que exige leche y azúcar.
El de hoy no tuvo leche: en la alacena debe existir un hoyo negro que succionó a la vaquita Alpura. Resultado: ardor de estómago, mismo que trate de ahuyentar con un vaso de Boing! de tamarindo.
El Boing! no es jugo de frutas, es algo parecido a la típica agua de sabor que solía ser una costumbre en las mesas defeñas. Ahora lo consigue uno en los estantes del supermercado en presentación chica y grande, en tetrapacks.
Pero --érase una vez-- el Boing! de la infancia venía en un empaque triédrico acompañado de un popote delgadito que lograba el efecto de chisguete sobre la lengua. Nada más delicioso que un Boing! bien frío para la sed infantil (que es intensa). Y nada como terminar el líquido para inflar el empaque, con el mismo popote, y saltar sobre él: toda una bomba de confección casera. Aunque lo más llamativo de la dichosa bebida era descubrir al pato Donald bajo otro nombre: Pascual.
Algunos ya conocen la historia: el Pato Pascual fue subastado a la casa Disney (siglos y siglos atrás). Mas la etiqueta de la compañía conservó a su fantasma emplumado.
Otro misterio: ¿cómo sobrevive una Sociedad Cooperativa en estas épocas? Ni idea. Id, leed y recordad: Pascual Boing

pd: el mío padre me ha regalado el tarot de Dalí, luego traigo un arcano: ¿alguno en particular?
pd-bis: ¡dioses del charco! Los piscis van a la cabeza de la encuesta...

jueves, febrero 03, 2005

Y bien, en este charco "los patos le tiran a las escopetas". Mi méndigo mayordomo se dedica a tostarse al sol mientras yo combato el polvo de febrero, hago berrinchitos por la ciudad y frío trozos de res pa evitar la anemia. Las imágenes no mienten, ¡vean!. Y mientras lo castigo poniéndole cinta adhesiva a la bolsa de malvaviscos, no olviden la encuesta bajo el tag (temo que los leo y los capricornio somos montón... por el momento).

pd: Gracias a Mary Carmen y a sus ¿plumones? por esa deferencia gráfica (her-mo-sa).

pd2: quiero una isla desierta pa hacer ceviche de pescado y tomar sol.

miércoles, febrero 02, 2005

1. Otro día de La Candelaria (sí, hay uno cada año) y yo no lleve a reparar al niño-dios que está dormido en un cajón. El año pasado dije: ya será el próximo año. Y el próximo, que ya es este, dire-digo: ya será el que sigue. Pobre niño de yeso víctima de mi desidia. Lo mejor será vestirlo aunque esté manco y cojo; o hacerle unas extremidades con plastilina, de esa fosforescente que tiene el hijo. Y enfin. Ni siquiera habrá tamales ni buñuelos.

2. Pero queda hacer del aljibe un gran moretón. En este 2005 también me aburren mis plantillas. Y con la aburrición la desidia no puede. La causa de la desidia ¿será una neurona apagada? ¿una neurona rizada? ¿una neurona anfibia?

3. Dicen los que saben (oh, grandes visionarios) que la neurona de la desidia es algo como esto (foto tomada de una revista seria, ja):


huid y temed a la neurona atroz


4. Aconseja la revista (aquella, la seria) que se realicen encuestas certeras para conocer nuestro entorno. Favor de llenar nuestra encuesta nirvanesca y zodiacal, ubicada abajito del tag. (A ver qué signo es el más aljibeño).

5. tan-tan.