miércoles, junio 29, 2005

Desperté e inmediatamente me di vuelta para volverme a dormir sólo para regresar, en sueños, a esos escenarios de dualidad: de un lado está el pueblo derruido, del otro un mar azulísimo donde aguardan bergantines y barcos menos antiguos que adivino por sus colores radiantes que sólo son posibles si la luz los devela sobre una superficie metálica. Y todo el suceso, del sueño, era vil escenario de otra de tantas historias de perros negros.
Cuando la situación, del sueño, se salió de control decidí despertar. Basta pensar: esto es un sueño, despierta.
Y desperté e inmediatamente sentí sobre mi mejilla algo que hacía cosquillas. Lo tomé entre los dedos índice y pulgar. Simultáneamente lo prense entre las yemas y vi su breve silueta a contraluz. La textura indicaba que era una orilla de algún empaque de plástico, pero la vista adivino dos antenas. Pensé en ese par de segundos que tenía que detener la pinza de mi mano, pero el pensamiento fue un eco inútil ante el crujido de aquel cuerpo.
Era una hormiga inmensa aquello que arrojé a la alfombra como tratando de ocultar lo hecho. Mis dedos, índice y pulgar, son guardianes del instinto. Mis oídos son guardianes de toda una gama de crujidos: ellos recuerdan el andar sobre una acera cubierta de flores de jacaranda caídas, el zapato justiciero que en alguna playa ejecutaba cucarachas inmensas, o el brinco infantil que fabricaba bombas con tetrapacks inflados de aire.
Y desde que desperté medito sobre los perros negros, sobre la textura onírica de sus hocicos y sobre los distantes bergantines en lo que nunca he viajado. Y pienso que la muerte es lo más semejante a un crujido, breve y sordo.
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lunes, junio 27, 2005

la dimensión desconocida, otra vez...

Existen diversas escenas cotidianas en las que la "desarticulación" posee el papel principal. Mi favorita, por su impacto visual, es la de la pollería donde las manos diestras manejan inmensas tijeras para desarticular pollos muertos.
Imagino el pensamiento, el mío, como un pollo hediondo que, lacio, aguarda el filo del instrumento. Ese diálogo interno, o sea el mío, se ha convertido en pechuga, alitas y muslo con pierna. El canto del pollo ya no es.
Esos trozos inconexos se alejan cada vez más de la unidad primera. Y las víctimas de esta desarticulación son, principalmente, las letras.
Creo que la respuesta al misterio del silencio se oculta en un montón de higaditos y mollejas (claro, del pollo mentado). O tal vez me equivoco y en realidad la solución del acertijo está escrita en alguna receta ancestral con la cual se logra reconectarse con la creatividad entre condimentos, empanizados y salsas suculentas (sí, para el mentado pollo desarticulado).
Mientras tanto tendré que resignarme a ser una pierna sin muslo, o pescuezo de pollo. Y que el silencio siga hirviendo como agorero consomé.
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Y he aquí otra víctima de la dimensión desconocida:


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jueves, junio 23, 2005

retro



Años ha, la publicidad se enfocaba en el dibujo. Nada de fotos o imaginerías de 3D. Simplemente dibujos. Algo así como verter los deseos, las aspiraciones y los antojos en un mundo de dibujillos animados.
Algunos afiches fueron obra de grandes ilustradores. Otros, ahora, son llamativos por su sencillez. Y se antoja, a todos niveles, esa simplicidad. Ser dibujito animado por un día, pero de aquellos dibujillos que se limitaban a bailar en mundos réplicas del país de las maravillas.
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martes, junio 21, 2005

cuestionarios

Por ahí me invitaron a contestar sobre mis gustos musicales (Rax y Paty arbolito), pero ese cuestionario ya flotó en el aljibe a principios de marzo. Ahora maesechimal me da esta tarea, harto útil pa sacarme de mi cripticismo virtual que sólo es reflejo de mi estado de ostra real. Y va, veamos:

--Estás atrapado en Fahrenheit 451, ¿qué libro te gustaría ser?
Me late que esta pregunta es para elegir un libro odiado, mismo que terminará (terminaré) ardiendo: "Mi lucha" de Hitler que, aunque sirva pa entender a esta mente ociosa, sigue jalando adeptos (oh, sí, la infamia es atemporal).

--¿Alguna vez te enamoraste de algún personaje de ficción?
No.

¿El último libro que compraste fue...?
Poemas 1906-1914 de Georg Trakl.

¿Qué estás leyendo actualmente?
Postludio de Gottfried Benn (poesía) y El dueño del secreto de Antonio Muñoz Molina.

Cinco libros que llevarías a una isla desierta:
1. El sonido y la furia de William Faulkner.
2. Los hermanos Karamazov de Fiodor Dostoievski
3. El otoño recorre las islas de José Carlos Becerra.
4. Obras completas de E. A. Poe
5. Poesía reunida de Leopoldo María Panero.

¿A quién le paso el cuestionario? A cualquiera que deje un mensaje, veremos si luego encuentro respuestas en sus respectivos pozos. Y tan-tan.
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miércoles, junio 15, 2005

Fugas

1. De las lecturas recuerdo la tensión que me provocó la fuga del Conde de Montecristo de aquella isla estéril frente a las costas de Marsella. Años después descubriría un paralelismo con la isla de Alcatraz la cual conocí a distancia. Ésta también poseía sus leyendas sobre fuga memorables. En ambos casos, ficción y no, la urgencia de huir de esas tierras yermas me pareció ineludible.

2. Del Conde de Montecristo me asombró su casi mística paciencia. En su momento no reconocí el hecho de que el odio y la venganza pueden ser un motor vital inextinguible (era peque cuando lo leí). Años después trataría de entender, entonces sí una mística paciencia, en la historia de Job, víctma de un Dios retado: a que no te lo chingas pa probarlo --algo así le pide el ángel caído.

3. Dumas optó por un final feliz en su novela: el viaje del héroe que llega a buen término, recompensas y aprendizajes incluídos. Y en su momento, por supuesto, sentí regocijo al llegar a la palabra fin. No así con Job: con él me quedé con la sensación de que debió de haber terminado sus días como un hombre piadoso, pero tristísimo y adolorido por dentro y por fuera.

4. Años y años más tarde conocería, vía una amiga, una luminosa anécdota de Job que incluye una calabacera. Y conocería también el odio, la venganza, el reto y demás colores. Lo que queda al final, o a este primer recuento, es que aún de las tierras estériles se escapa y cuando todo se pierde existen nuevos caminos y nuevas historias aunque la calabacera aquella ya no exista.

5. Claro, estoy en fuga. Pero algún estúpido optimismo me ha de quedar si regreso a este mi charco nadando alegremente (ja) con Job y un conde. Enfin.
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viernes, junio 10, 2005



Cuando usamos el término "pensamiento mágico religioso" solemos asociarlo a las culturas antiguas, o a las "primitivas". Somos los adictos a la "modernidad", y tal es nuestra adicción que hasta nos creemos postmodernos, más allá de lo moderno, y catálogamos lo que se nos antoja de "retro".
Y nada. Seguimos de animistas, erigiendo totems y adorando dioses que nunca nadie ha visto. Basta pensar en la bolsa de valores, en las grandes corporaciones o en las deudas externas: se habla de "millones de dólares" aquí y allá, pero los tales millones son inmaterializables. No existen en papel moneda, no existe su peso en oro. ¿Dónde puedo admirar y enceguecerme con tantos millones? En ningún lugar, a lo sumo puedo aspirar a ver cifras y símbolos. He aquí nuestro pensamiento mágico religioso: $$$. Creemos en $, adoramos a $, tememos a $, y nuestra cotidianidad se rige por $. Es nuestra música, nuestro compás, nuestra civilización: $.
Las divinidades son omnipotentes. Y muy caprichosas (muy latinas, pues). Dentro de este "olimpo postmoderno" están las filiales, las franquicias y las sucursales, dioses harto abundantes que pueden ser adorados localmente o importados de otros lugares (para adorarlos también, claro). Y ocurre que las "guerras santas" son inevitables:
Cerca de la colina, en un centro comercial, existía un Café de la Selva que dentro de su amplio surtido de café ofrecía el "de casa" proveniente de alguna región de México y cuyo objetivo era el de impulsar y apoyar a los golpeados cafetaleros de nuestro terruño.
Se acabó la sabrosa mezcla "de casa", el Café de la Selva cerró. Parece que el coqueto Starbucks, que abrieron en el mismo centro comercial, les apañó la grey (perdón, clientela). Ahí se vende café importado de USA que previamente fue importado de Colombia. Ni hablar, la gandallez del intermediario internacional rifa.
Cualquier lugar es bueno para tomar cafecito, aunque es deseable (y tontamente idealista) tomarse un sorbo para apoyar ciertos proyectos si además el producto es de excelente calidad. Enfin, no estoy inscrita en ninguna ONG ni ando en la cruzada del Comercio Justo ni busco la etiqueta de Café Orgánico: tomen café donde quieran.
Pero, ¡ojo! En este caso Selva vs Starbucks parece que gran parte de la traidora grey (perdón, clientela) no fue seducida por el grano colombiano (el mejor, ni hablar) sino por ese estar inn que tanto gusta a nuestra clase media. O porque pronunciar Starbucks con acento es muy fancy (mejor reciten Blake, inútiles).
Veamos: es pasable que alguien endulce el café negro con azúcar, y ni qué decir de un buen tuco azucarado. Pero afirmar que el café Starbucks es de lo mejor cuando se usa Nutrasweet es la prueba de que si llenaran sus vasitos con café soluble (herejía) no notarían la diferencia. Mejor tomen agüita de limón...

nota 1: algunos menos fatalistas que yo sí dedican tiempo y esfuerzo a las cruzadas. Para enterarse, asustarse, indignarse y/o unirse vayan a Comercio con Justicia
nota 2: O firmen este curioso libro I hate Starbucks
nota 3: Y a modo de cruzada personal he decidido no ir a la nueva cafetería, ni a ninguna con el mismo sella. Bah.
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miércoles, junio 08, 2005

del sitio azul

Hace varias lunas y posts mencioné un cuento de José Revueltas que he incluido en mi topten. Después de varios tropiezos (incluida la caída del sitio que arregló mi "hosteador"), al fin flota La hermana enemiga en el sitio azul. Así arranca:

Dispuesta al trance inaudito de esa subterránea e inesperada religión a la que iba a ofrendar su sacrificio --primero con angustia y más tarde, por un misterioso milagro del rencor, amorosa y devotamente--, despacio, ciega, sin sentidos, con muda y frenética ansiedad, había reunido todas sus débiles fuerzas para este minuto de la Elevación del Cáliz. Era una Elevación del Cáliz, no algo menos terrible. Un Ofertorio negro.[...]

Si esto no basta para picar su curiosidad y que con ella naveguen hasta la actualización de osiazul para terminar el cuento, para la próxima traigo un punzón-saca-ojos.
Id, que de paso verán rodar un bollo (¡!).
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lunes, junio 06, 2005



A partir de hoy todo me valdrá sorbete. Ya no me importará si un claxón suena a medianoche, o si nos freímos todos en la polvosa primavera chilanga. Nada ha de importar: ni las cuentas, ni las deudas, ni los asuntos a medias, ni la carcasa de una musa, ni el deber ser que asoma por la coladera. Ni siquiera me lamentaré por la balanza imaginaria que algún dios corrupto usa de columpio. A partir de hoy todo es nada.
Hoy he decidido comer, jambar, devorar sin vergüenza. Hoy he decidido convertirme en un rosado y colosal jamón. Seré inmenso pero de buen sabor. Y no saldré de mi incubadora hasta que mi masa condimentada opaque al sol: entonces rodaré colina abajo aplastando todo a mi paso, impregnando gente, perros, autos, aceras, postes y fachadas con mi salmuera.
Y el mundo gritará: ¡Mira, allá va, rodando, un rosado y colosal jamón!
Y el mundo que son ellos, esos, estos, aquellos, ustedes y yo estaremos complacidos.
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viernes, junio 03, 2005

Fue bautizado como Íñigo y con tal nombre vivió su infancia, su adolescencia y su truncada carrera como militar. En alguna de sus campañas fue gravemente herido y es en su convalescencia que una visión divina le muestra el camino en el cual Íñigo se transformaría en Ignacio de Loyola, y a su muerte --y trámites de por medio-- en San Ignacio. Si quieren conocer más sobre el fundador de la Compañía de Jesús (alias los famosos jesuitas) vayan allá que hasta estampita milagrosa obtendrán. Lo que no encontrarán es la referencia en la que el gran Ignacio niega a un personaje peculiar la entrada a la tal Compañía de Jesús.
El rechazado fue Guillaume Postel (1510-1581). Dedicó gran parte de su vida al estudio de las culturas de oriente y a la elaboración de alfabetos que facilitaron las traducciones del árabe tanto de obras pías como de textos variados (el traduce el Zohar). Después de un breve noviciado con los jesuitas, y tras ser rechazado, su vida se convierte en la del vagabundo, en la del loco visionario errante.
En 1547 conoce a la Madre Jeanne a quien considera como un segundo mesías encargado de la redención de las mujeres (para él, Jesús, sólo iluminó al sector masculino). Fue de los primeros teólogos defensores de los conceptos "tolerancia" y "universalidad" a nivel espiritual. Al final, después de viajes a oriente y a la sede de la Santa Inquisición, termina sus días preso en un monasterio. (Suertudo él que no ardió en leña verde).
El apellido Postel es familiar para los amantes de la Cábala y de los textos herméticos (como Paracelso, como G. Bruno). Pero es inexistente en los índices de los grandes personajes jesuitas, y de él no hay estampita milagrosa; aunque he logrado encontrar un grabado en la web. Ya el lector tendrá la libertad de imprimirlo y agregarlo a su bolsillo, ahí, junto a su San Judas Tadeo. Y a modo de oración añádanle esta cita de la obra de Hermes Trismegisto, va:



...el que ha aprendido a conocer a Dios, como está colmado de todos los bienes, tiene sus intelecciones de Dios mismo, y ellas no son semejantes a las de la muchedumbre. De ahí que aquellos que están en el Conocimiento no agraden a la multitud y que esta tampoco les guste a ellos. Los hacen aparecer como locos y son expuestos a la burla pública, se les odia y desprecia, y hasta puede que incluso se les de muerte.  POIMANDRÉS (IX, 4)

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jueves, junio 02, 2005

Dentro de la fauna laboral (sí, fauna, lo animal nunca se quita) están aquellos que deben demostrar, a toda costa, su hambre de poder. Contrario a lo que el lector pueda imaginar, esta subespecie (sí, es sub, aunque pululan) no busca demostrar su valía por medio de la organización, la eficiencia, el conocimiento y demás parafernalia positiva. No. A la usanza de otros congéneres (a los que consideran inferiores y del "mundo animal") van por ahí marcando territorio: apañan una buena oficina, sacrifican la funcionalidad y despiden a cualquiera que atente contra su poder.

pausa: aquí recuerdo un bonito documental sobre cierto tipo de alces, creo, que restriegan sus genitales contra la corteza de los árboles pa definir sus dominios.

Y ahí va, el individuo de la subespecie, pavoneándose y pavoneando toda su imbecilidad. (El lector se asombrará de la textualidad de ciertos verbos con el "pavonear"). Y le vale madres si su sueldo proviene del erario público, o si la expectativa de otros es que se ponga a trabajar: el susodicho no puede ser domesticado y mucho menos amaestrado.

pausa: aquí recuerdo aquellos bonitos letreros de las caricaturas donde se lee la leyenda: temporada de caza abierta.

El rey chiquito (que es el mismo individuo de la mentada subespecie) ha conquistado su reino. Gobernará algunos metros cuadrados de una oficina y hará gala, como otros machos de otras especies, de su colorida inutilidad. Pero qué digo, en esta subespecie tanto machos como hembras alimentan la pendejez cósmica.

nota 1: si el lector es un burócrata que sí trabaja y hasta pretende transformar el sistema, no se de por aludido: usted pertenece a otra especie.
nota 2: si el lector se reconoce en esta ficha zootécnica, y es un rey chiquito, vaya y chingue a su madrecita y aquí no vuelva.
nota 3: bah, en lugar de estudiar la vida en las planicies de la burocracia mexicana hubiera escrito una anécdota sobre San Ignacio de Loyola. Pero ya será...
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