viernes, julio 21, 2006

el pastel



En Alicia a través del espejo aparecen dos figuras heráldicas de la tendencia política inglesa del siglo XIX (que sigue vigente). El león y el unicornio entablan una discusión bizantina (de esas que gustaban a Carrol) sobre la equidad entorno a los trozos de un pastel. Para el lector todo el suceso resulta absurdo; pero en aquel mundo maravilloso la trascendencia del suceso es incuestionable. En ese mundo lo único absurdo es la niña Alicia.
Personalmente, prefiero el primer libro de Alicia, el del primer viaje al país de las maravillas; es menos "serio". Además siempre he creído que se podría elaborar un maravilloso test sicológico con los personajes: elija usted, ¿prefiere a la oruga o al conejo? ¿le simpatiza la liebre o el lirón? ¿quién le resulta más odioso, el sombrerero o el gato? ¿Siente fuerte empatía por la falsa tortuga? Y de las respuestas el evaluado podría deducir quién es o qué diablos quisiera ser... y así.
Pero tal parece que mis preferencias, hoy en día, importan un comino puesto que el test debería aplicarse vía el segundo libro. Elija usted: ¿quién tiene la razón, el león o el unicornio? ¿es usted un simple testigo en el cuerpo de una niña? ¿o acaso es usted un trozo de pastel? ¿o el cuchillo?
Yo ya elegí. Quiero ser una de esas mariposas con alitas de pan embadurnadas de mantequilla, y nada más.
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