lunes, enero 09, 2006

Tal vez el 2006 sea el anuncio de mi alta traición. Tal augurio lo tecleo en una PC, mientras mi MAC imprime planas de un libro. La PC es silenciosa, no así la MAC y su impresora: la primera insiste en sonar coma ardilla jamadora de nueces y la segunda evoca el recuerdo de las máquinas para hacer tortillas que me fascinaban cuando niña. Este teclado es terso, apenas debo apoyar las yemas sobre sus letras. En la MAC escribir es lo más parecido a un goteo de lluvia recia.
Mi equipo, poco a poco, materializa la palabra arcaico. Ahora, este "mouse" con dos botones no me parece tan estúpido (la estúpida era yo al dar clicks desatinados, pero no se lo digan al muy engreído). Y en fin, terminaré frente a este teclado para ahorrarme la artritis unos años.
El ciclo laboral y escolar arranca, mi horario se regula y ya inicié un nuevo proyecto. Traición o no traición todo regresa a su sabio curso. O casi todo.
Por ahí me he topado con uno que otro anuncio, algunos repletos de divinidad: suban la colina y tomen el sendero de las peregrinaciones. Cuando vean un santo resplandecer hagan click (no importa qué "mouse" usen) y lean, tal vez encuentren una nueva grey.
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