He cambiado de sueño recurrente. Ahora todo gira entorno al rostro de un niño. No es un rostro imaginado, sino citado. Hace días lo vi por primera vez y espero sea la última. No entiendo, o no quiero entender, cómo es que el rostro de un niño puede causar tal desasosiego. Es el rostro de un niño pequeño, de unos 4 años, cuyos dientes delanteros estaban ya cubiertos con metal producto de las caries prematuras. Y, absurdamente, cuando lo conocí, chupaba una paleta morada con fruición, con adicción, con frenesí. Esto hacía mientras trataba --o amenazaba-- con pisar una lagartija pequeñita, de esas que ni con los rayos del sol de primavera logran moverse. Daba zapatazos junto a la lagartija pequeña mientras reía desquisiado y chupaba su estúpida paleta; sonreía mostrando sus impúdicos dientes metálicos. Ahora sé que debí decirle: niño estúpido, tira esa paleta, deja al bicho en paz, eres horrendo, eres malo. Pero los cánones no permiten arremeter contra un niño pequeño, aunque su rostro provoque desasosiego. Al final no se contuvo. Mientras mordía su paleta apachurro a la pequeña lagartija. Se limpiaba contra el asfalto las tripas embadurnadas en su suela. Y cuando esto hacía, reía horrible con sus dientes de leche metálicos.
En mi sueño recurrente le he pellizcado las mejillas. Le digo: eres malo. Y le temo. En sueños y despierta.
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viernes, marzo 31, 2006
viernes, marzo 17, 2006
En el 2004 tuvimos una verde hagiografía. En el 2005 San Platanicio nos iluminó. Hoy el día de San Patricio es algo minimalista; pero lo festivo no deja de burbujear. Caray, este lugar va para su tercer aniversario... A verdear
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jueves, marzo 16, 2006
entremeses
Roderico: Escribe algo ¡ya!
Yo: No puedo.
Roderico: Corrección, no quieres. Recuerda, "querer es poder..."
Yo: Eso es una mam... pura demagogia, no me jodas con tus dicharrajos de superación personal.
Roderico: Corrección, es simple ideología, estamos en año electoral: ergo, yo estoy in, tú estás out.
Yo: Aghhh
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Publicado por Erika Mergruen en 3:22:00 p. m. 0 comentarios
miércoles, marzo 08, 2006
De los escritos "estrellados" me queda sólo uno, menos alegórico, más cotidiano, más local. Aunque creo que el blog logra romper con los localismos: ya leo por ahí que encuesta se dice meme, que algo está curado en vez de chido, o que el boludo y el imbécil van de la mano. Lo mismo ha de ocurrir con el huevo frito al que nombramos, en esta ciudad (no sé si en otras) huevo estrellado.
El aljibeño dirá que es lógico, para hacer un huevo frito hay que estrellarlo; pero entonces el huevo revuelto sería también "estrellado". Quiero creer que alguien lo nombró de estelar manera en un estado de alucinación (o de borrachera): ahí estaba, el aceitoso huevo frito, extendido sobre un plato, con la yema viscosa y amarilla, extendido, tan parecido a una estrella...
Y nada. En realidad se asemeja más una margarita (oh, sí, esas margaritas recurrentes). O a cualquier flor ordinaria. Pero me quedo con que el huevo "estrellado" es un huésped de la poética de las estrellas. Y ahí la dejo antes que se estrelle el monitor...
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Publicado por Erika Mergruen en 1:56:00 a. m. 0 comentarios