A quien corresponda
"¡No me venga! Y que no se le ocurra lanzar vítores revolucionarios que no le van. Si desde aquí lo veo contemplándose en el espejo, sintiéndose el chile de todos los moles porque usted sí fue a la escuela y tiene su título universitario y cree que se las sabe de todas, todas. Y habla inglés y toma vodka de sabores, pero eso sí, cuando lo inn es ser mexicano agarra su caballito y chupa limón y se echa su tequilita de Hidalgo. Y se dice de familia bien, de gente educada y a la mínima provocacion nombra "naco, ¡indio!" al que se le ponga enfrente. Así que ¡no me chingue! Deje ya de vitorear nombres y fechas, deje de hacerse el revolucionario porque las únicas revoluciones que conoce son las de su pinche coche con el que arrea a los muertos de hambre que van a pie ¿o qué? ¿cree que no lo he oído? ¿cree que no lo he visto? No vitoree, mejor alegrese de que hoy es día feriado y puede quedarse en su casa de huevón. Usted cómase unos tacos para que se sienta bien mexicano y deje que otros sueñen, que la revolución no es para usted, ni por usted. Y no se le olvide que vive en un país tercermundista de analfabetas, salarios mínimos y mochería, ya se lo dije, ¡cállese de una buena vez! ¿Qué? ¿No le gusta mi tonito? ¿Usted es puro como las hostias? ¡pues remójese en vino, quién quita y se ahoga de una buena vez...!"
tan-tán
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