domingo, febrero 12, 2006

Margaritas

Es definitivo, poseo un ridículo lazo con las margaritas; ya antes, hace años, escribí sobre ellas: cuando son flor viva, cuando son de papel, cuando dan forma a las galletitas. Y atesoro la frase memorable de un amigo: He llorado como una margarita...
Yo he soñado con una margarita --o con Margarita o con LA margarita--. En mi sueño me acompañaban dos mujeres: la una --una amiga que en la realidad tuvo un brote sicótico--, la otra --más joven y desconocida-- vestía un vestido blanco corto y ceñido bajo la lluvia. La primera no se mojaba con el chaparrón (yo me mojaba a medias), la segunda escurría feliz. A la primera la miraba de reojo, a la segunda le dije: pareces una margarita.
Al despertar recordé uno de mis "grabados no descifrados", pertenece a la serie de la danza macabra de Holbein:



No sé a quién se le llamaba La Margarita, si a la mujer joven, en general, o a alguien en especial. Creo que la hija o sobrina de Holbein se llamaba así. No sé como cuál de todas las margaritas que conozco lloraba mi amigo, ni porque en mis sueños creo alegorías bajo la lluvia. Tal vez el aljibeño, siempre curioso, vea algo más... o tenga otras margaritas.
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