jueves, octubre 19, 2006



¡Chingue a su madre el mundo! Hoy tengo waffles para cenar. Y hasta puede que mañana me dasayune uno y me a la hora de la comida apile otros dos y viva así, el resto de mis días, sostenida por cuadrículas repletas de mantequilla y jarabe ambarino de maple. Y ellas, geométricas, taparan mis venas, atiborrarán mi corazón y esculpiran bajo mi epidermis cuadrículas similares de sebo suculento. Y seré feliz y moriré feliz y me pudriré feliz y rencarnaré feliz y tragraré waffles de nueva cuenta y seré feliz y moriré feliz y etc. etc. hasta el fin de los tiempos.

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