lunes, diciembre 22, 2003

Ya se me hizo tarde, ¿tarde para qué? Ni hablar, es difícil bajarse del ajetreo cotidiano: no clientes, no hijos, no teléfono, no estufa, no calle. El tiempo es mío aunque sospecho que es más fácil que el tiempo nos posea. Vamos por los días con un guión, seguimos las acotaciones, la voz en off, los flashbacks; y cuando nos piden improvisar, sacamos nuestro guión para emergencias.
Se me ha ido este trozo de día en improvisar, así, llanamente, sin deberes ni quehaceres, sin ver el reloj.
Pero ya lo vi al encender el monitor: ya se me hizo tarde, y yo de inútil.
Creo que a ratos es UTIL dejarse estar, así, llanamente, es-tar.

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