domingo, febrero 29, 2004

Los post son ocios, y los hay doblemente ociosos. Éste es un doble-ocio, quiero tener un 29 de febrero flotando por aquí. El número 29 no tenía ni oficio ni beneficio hasta que parí un 29 de septiembre (uf, pude haber aguantado al 30, pero no, 29; qué combinación).
Y dejando a un lado mis principios, hoy me voy a la feria del libro. No voy a las dichosas ferias desde aquella vez que casi me agarro a golpes, con las de perder, con un tipo in-men-so y ra-bio-so. Sé cómo perder la compostura y pasar vergüenzas por ahí.
Hoy es 29, todo está permitido; me voy con todo e hijos por una sencilla razón: la presentación del libro de alguien que tiene un nicho importante en esta colina.
Lástima, mi monedero anda apolillado; salvo que encuentre un libro que quiere la hija bastará con ver, y sólo eso. (Y prometo no armar zafarranchos ).

viernes, febrero 27, 2004

Con suerte, o búsqueda, podemos toparnos con el origen de ciertas palabras. Algunas son meras derivaciones de otras más antiguas, y las hay que guardan historias curiosas. Parece que la historia de la palabra jumbo es muy conocida (y yo ni en cuenta): a finales del siglo XIX llegó del áfrica un pequeño elefante a quien bautizaron Jumbo (parece que a partir de un vocablo que significaba simplemente elefante). Jumbo rotó por varios zoológicos europeos hasta que encontró casa en Inglaterra (más bien casa de ventas) donde fue adquirido por un afamado dueño de circo americano. Y fue aquí, en América donde encontró fama, que no fortuna.


Jumbo, el descomunal, el inmenso, (y todos los epítetos oceánicos que se nos ocurran) se convirtió en el eje promocional. Jumbo arriba, abajo y por todos los estados visitables de los United States. Desafortunadamente, en una de esas cargas y descargas por vía férrea, Jumbo fue atropellado por un tren.
Su dueño no se detuvo. Mando disecar a Jumbo y a ensamblar su paquidérmica osamenta. Y así como el Cid Campeador, Jumbo obtuvo gloria post mortem.
Y enfin, la piel de Jumbo zozobró en un incendio pero su osamenta sigue con el espectáculo en el Museo de Historia Natural de New York.
Conté la historia a mi hijo-azul. Le pareció tristísima. Ahora cada vez que veamos la palabra Jumbo, inevitablemente, veremos al elefante que no era tan enorme y sí de carne y hueso.

jueves, febrero 26, 2004

Después de horas gastando retinas en cuartillas, archivos, nombres de archivos, marcaciones tipográficas, cajas, tipos y demás parafernalia del esclavo-tipógrafo, suele ocurrir que las palabras pierden su sentido. Algo así como fabricar una sordina conceptual.
Mi agenda corre: allá va, allá va. Me lleva horas de ventaja.
Y en definitiva, el teclado es una almohada incomodísima.

I've seen a Dying Eye
Run round and round a Room -
In search of Something - as it seemed -
Then Cloudier become -
And then - obscure with Fog -
And then - be soldered down
Without disclosing what it be
'Twere blessed to have seen -
Emily Dickinson

martes, febrero 24, 2004


Azulejo artístico manufacturado para una industria de carnes europea.


Toda obsesión posee un origen, o al menos eso creemos y nos ocupamos en develar la raíz de tal o cual manía. Quiero creer que el origen de mi simpatía por los azulejos proviene de las escaleras de casa de los abuelos. Sobre el muro que las custodiaba existía una composición de azulejos artísticos de varios metros de altura: don Quijote y su redondo Sancho, sobre sus monturas, entrando a un pueblo (más parecía que entraban a la casa, inmensos). Y había una leyenda escrita (que ya olvidé) que seguramente servía de guía para encontrar, en la obra escrita, ese pasaje.
Mi obsesión infantil consistía en tocar los mosaicos accesibles y aislar la figura de cada uno, que por sí solos no eran nada y en conjunto eran un todo impresionante.
Cada cuarto de esa casa tenía azulejos diferentes en los pisos, de diversos colores, formas y texturas. Eran como un intento de definir fronteras por doquier. Y cada pieza escondía rostros y figuras que aguardaban ser descubiertos por algún ocioso (u ociosa).
Todavía busco ojos, narices, bocas, dientes y anexas en los azulejos (hay cada monstruo en mi baño); nadie guardó una foto del Quijote aquél y he estado tentada a tocar el timbre de esa casa para volver a verlo y releer el lema (si acaso el nuevo dueño conservó los azulejos).

lunes, febrero 23, 2004

1. El último asidero que poseemos es la mínima-fe: de seguir respirando, caminando, de llevarnos agua y alimento a la boca, de sobrevivir. Ésta mínima-fe (fe-pequeña) es realmente frágil (en mi caso), y es ese conocimiento de la fragilidad lo que me mueve e intriga. Siempre afirmaré que el entorno es horrorosamente triste, mas por alguna curiosa necedad (o esa fe-pequeña) trato de no actuar bajo esa certeza sino en contra de ella para creer.
2. Nuestra humanidad no es sólo un sintagma atrapado en letras, es acción siempre en potencia. Y la desidia de ejercerla es la invocación a todo lo sombrío que nos rodea. Y su ejercicio debe extenderse no sólo a aquellos que nos son más cercanos sino a todo aquél que la necesite.
3. Por amigos más cercanos conocí a Gerardo Sifuentes. Es un personaje lleno de creatividad, y capaz de hacer reir al prójimo; alguien que logra esto tiene una luz que debe ser rescatada. Debemos, y podemos, dedicar un tiempo para seguir este asunto donde bef (amigo cercano de Gerardo). Debemos, y podemos, dar una firma. Y seamos realistas, que con dinero baila el perro, y en este círculo no hay herederos: si tenemos para bloguear, tenemos un mínimo para donar: cuenta de ahorro Bancomer 1250578401 a nombre de Adriana Quijada Martín.
4. Y por un día, no se vale disfrutar de nuestra tibieza y desidia.

domingo, febrero 22, 2004


un poco de azul y un poco de Chagall
para que los días fluyan nuevamente. Sea.

Aprovechando la ausencia de niños, he liquidado varios pendientes pues parece que la carga de trabajo aumentará el lunes y no pretendo llegar al viernes toda electrificada. La pasada, fue una semana gris; con varias noticias poco gratas. Algunas, en cuestiones de salud, fueron menos funestas de lo que mi paranoia imaginaba: en verdad creí que el cáncer pululaba por aquí. Y, enfin, el partner está casi saludable. Pinche susto. Pero el ojete cáncer arremetió en otros lugares (y en ese caso no creo que se detenga). Me queda estar con la ventana abierta para cierta amiga.
Otros rostros andan grises, por diversas razones. A veces creo que vivimos en un espejismo, en un constante “eso pasaba antes”; y bien, seguimos rodando, accidentadamente, en una maquinaria anquilosada deseando transformaciones. Hasta que nos damos contra el muro. Entonces queda dar, hacer, ejercer por un mínimo de justicia.

viernes, febrero 20, 2004

No es novedad que los escritores-poetas-ensayistas-y-anexas dediquen algo de tinta en lanzar puyas los unos a los otros; sólo que antes se hacía a sonetazos (madrazos dados con sonetos) y ahora, los más, lo hacen con el típico estilito, y léxico, del machín-yo-la-tengo-más-grande.
Y esto viene a colación porque mañana, en el tallercito, insistiremos sobre la sátira y el verso mordaz, que la poesía no es nada más pa cortarse las venas con ejotes y amar en esotra parte en la ribera. El consentido de maese Quevedo arremetiendo contra Góngora:

Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;

Apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.



Además, felicidades extras a humphrey y al portero, acuarianos que cumplieron años esta semana (igual que mi amigo el árbol).
Y por último, después de exhaustivos estudios y sondeos nacionales, Mergruen Inc. lanza a las pupilas de sus consumidores el logo (impactante, innovador y nunca antes visto) de su proyecto JELIcidad (no salga sin ella):

jueves, febrero 19, 2004

Me he pasado toda la tarde cabeceando sobre el atril, tratando de marcar erratas (si acaso puedo detectarlas), con sueño y pereza.
Por la mañana nos dieron la noticia de que murió la mamá de una amiga del partner (que a mí en nada me afecta, nada me quita, nada me roba); tenía más de 75 años. Se escapó del cáncer hace muchos años, y el cáncer mismo le cobró la cuenta al fin. Cada vez que hablaba la amiga para plañir sobre el asunto canceroso yo me encabritaba (utss, que ya está grande, que se escapó hace años, ya vivió, ya vivió). Qué jodido, yo no sentía ni un ápice de empatía.
Y hoy se acabó la historia, todos se mueren, tan-tán. No iré al sepelio, que los sepelios no son eventos sociales: se va por verdadera empatía, no a vestirse de negro o a exhibir artificiosas condolencias. El partner sí irá (él es su amigo).
Y hoy me di cuenta por qué me molestaba tanto el lloriqueó de la amiga: chinga, que su mamá se salvó años y años y años y a mi tía-mamá el cáncer se la devoró en unos meses. Y no me parece justo (porque ni adiós le dije). No es justo.
¿Justo? Qué arrogancia definir los límites de esta justicia. Qué fragilidad convertirse en el ángel vengador y arremeter con el prójimo y con uno mismo boicoteándose el día. Qué mezquinamente humano es uno.

miércoles, febrero 18, 2004

Emulando a las máquinas expendedoras manuales, (de esas que escupían un chicle-bola o una esfera que protegía anillos mágicos, soldaditos verdes o pendientes de plástico con símbolos de amor y paz), Mergruen Inc asignará parte de su presupuesto al diseño novedoso, con tecnología de punta, de una máquina expendedora de los comprimidos JELIcidad.
Bastará que usted, necesitado consumidor, teclee sus padecimientos, neurosis, achaques, verrugas, úlceras y/o otras afecciones (que estarán registradas en nuestra base de datos) para que la máquina elabore un comprimido que le será ofrecido dentro de blisters coloridos (con diseños novedosos) y con su nombre propio impreso en holograma.
No más gente-perra-del-mal, no más ladoscuro-de-la-luna. Porque en Mergruen Inc trabajamos (constantemente) en su bienestar.

• Precauciones en el uso de la máquina JELIcidad: si teclea más de 8 achaques obtendrá el blister cianuro-vengador por disfuncional...
• Pregunte por nuestro 2x1
• La palabra JELIcidad y sus implicaciones son © de Mergruen Inc.

lunes, febrero 16, 2004



En algunas culturas la luna es el ojo enfermo del cielo, aquel que todo distorsiona, pero en su limitante lleva implícita una nueva forma de visión. Es el arcano de la magia, la intuición y la inspiración, mas también el arcano de la neurastenia, la tristeza y la soledad.
En su justo equilibrio permite intuir lo que no es evidente en nuestro interior —y en el del prójimo—. Ofrece un nuevo territorio donde hay que andarse con sigilo y no dejerse atrapar por los espejismos. Es la carta de los engaños, las trampas y los fantasmas. Sólo al separar la luz de la oscuridad que la rodea se alcanza su significado más alto.

Y dice Leopoldo María Panero:
La luna
carta XVIII

Que no queme la noche la ceniza,
blanco árbol de mi ano.
El desierto atraviesa con una luz
sola en la mano.
La ilusión es a veces una mano,
otras, la luz que equivocan ls dientes.

domingo, febrero 15, 2004

Soy una mamá barco, a la mínima provocación hago la tarea de los críos; ni tan mínima provocación: el sitema educativo de este país (y de todos, a huève) tiene mohosos monstruos devoradores de tiempo.
Hoy, por ejemplo, capturé un pseudo resumen de los romanos de un pseudo libro de historia de SANTILLANA. El libro es una mierda (perdonará san platanín mi escatológico lenguaje): mal, pésimamente mal escrito, sin ninguna referencia a la literatura o a la escencia del hombre y con una ligereza que asusta. Y claro, no sueño que los parbulillos de la secundaria se sumerjan en los ajetreos históricos pero los editores-autores podrían tener la mínima creatividad para esperar que alguien se interese en esos tópicos. (ah, lo olvidaba, la maquinaria editorial también es un árido negocio).
Y sí, dos horas de mi glorioso domingo capturando letritas; mientras, la hija pudo leer, al fin, Coraline de Gaiman (que dice está hermosísimo). Coraline y los romanos no tienen nada que ver, pero 1. ya leyó el patético capítulo de SANTILLANA y 2. ya encontrará libros sobre el Imperio en su andar bibliófilo (I hope).
En fin, que estos hijos aprovechen ahorita el mamá-barco que ya naufragará algún día (y que después de ese día recuerden el ruido de las olas).

viernes, febrero 13, 2004


galletas retro, cursis y desmadrosas...

Las peculiaridades del número trece. Ciertamente el 13 suele ser aciago en la mayoría de las culturas, pero no es una constante absoluta. Cierto es que al juntarse 13 personajes en la última cena, Cristo fue traicionado; sin embargo en La Odisea, Ulises, el trece en discordia, logra salvarse del cíclope. 13 son los dioses en el Popol Vuh, Zeus es el número 13 (tan perfecto y lujurioso él). Felipe de Macedonia también figuró como treceava estatua (junto a las 12 representaciones de los dioses) y terminó asesinado (quién le manda a desear la inmortalidad). El arcano 13, del tarot, ni a nombre llega (que a La Muerte no se le invoca) mas lleva el mensaje de transformación (drástica, ok) y la transformación no es final sino promesa de continuación. Funestos son los viernes 13 y los martes 13 ¿y por qué no los miércoles 13?
Y aquí son las 13 horas con hartos minutos; está lista la sesión del taller verseador del sábado y al rato viene la cofradía del florero (agh, primero me voy a Polanco el hermoso).
Mañana estará autorizado ser cursi. La hagiografía de san Valentín es tristísima; en cambio el cupido latino era un perverso. Lo único amoroso del 14 de febrero es el libre comercio de chocolates miles. Partamos...

jueves, febrero 12, 2004

Si continúo durmiendo fragmentadamente pronto haré crack (sí, como un ejote); van dos días que abro mis ojillos a las 5 en punto; por temporadas, a lo largo de mi pepinilla vida me ha pasado eso: despertarme a la misma hora. Tuve el ciclo de las 4, de las 3:45, de las 5:20. ¿Qué parte de mi seso, aún existente, programa esos inútiles despertares?
Y bien, a propósito del aniversario luctuoso de Julio Cortázar (que es hoy), Fatal Espejo lanzó su nuevo certamen relámpago de minificciones: manual de instrucciones. En bloguilandia hay dos tres que podrían escribir algo a tono.
Ah, por ahí asomó un pequeño planeta que no es el del principito aunque alberga a ciertos príncipes: alphanor.
También encontré mi blinkie de la caja de crayolas, una lista peculiar y con la que comparto ciertas creencias (o sueños guajiros):
Por último (uf, post harto fragmentado, como crack de ejote), un poema de Cortázar, (dulces sueños):

NOCTURNO

Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían, y si esperaban verme.
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets.
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer sube y baja una pequeña escalera
como un capitán de navío que desconfía de las estrellas.
Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche.
Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la ventana que tengo a mi espalda.

martes, febrero 10, 2004

Ni hablar, esas procesiones pa visitar al Árbol al norte de la ciudad me agotan de más. Hice bien en no animarme a dar talleres por allá. Además duermo accidentadamente, ahora sueño o que alguien toca a la ventana (todavía no me animo a ver quién es), o llamadas teléfonicas con alguien a quien extraño de más (uts, se escucha la voz tan claramente, y las pláticas son largas, allá en el país de los sueños he de pagar dinerales). Y me acabo de percatar de que ayer no hice reverencias a santa Apolonia, patrona de los dentistas, y de la que cuenta la leyenda que mientras se consumía en el fuego gritó que los que padecieran de dolor de muelas e invocaran su nombre se librarían del sufrimiento (a ver si no me castiga y me tira las pocas muelas que me quedan).
Y enfin, que febrero fluye y fluye y este blogcillo no cambiará su look; reptará por ahí, escama-azulejo, hasta encontrar algún recoveco:


porque todo lugar altisonante ha de poseer una cripta
.

lunes, febrero 09, 2004

En el camino dejamos cosas pendientes, por desidia, por temor, por vil decepción. Toma años reconocer que uno no es único y exclusivo, que existen otros a nuestra imagen y semejanza (aunque no seamos pequeños dioses). Y ese otros no es una multitud, pero bastan para materializar el sentido de nuestros deseos internos. Los otros nos ofrecen nuevos horizontes y despiertan nuestro andar explorador que hibernaba en el recuerdo.
Ahora en la agenda hay un par de cosas extras sin esa etiqueta de sólo-para-comer (sino con aquella de quiero-creo-a huève).
El día tiene color de Saint-John Perse:
Nunca hemos mordido el limón verde del Africa, ni hemos frecuentado el claro ámbar fósil engastado de alas de efémaros; pero allí vivimos, desnudos, donde la carne misma no es ya carne y el fuego mismo no es ya fuego --incluso con la savia resplandeciente y la simiente más preciosa: n todo este limbo de alba verde, como una sola y vasta hoja luminosa infundida de alba...

viernes, febrero 06, 2004

Ya no voy a blasfemar. Escribiré como el ser respetable que soy (risas y estación de radio retro al fondo). Iré cínicamente al nuevo taller de los viernes; terminé lo agendado (ajá). O casi: estoy reformateando las sesiones del taller de poesía para ajustarlo a los nuevos tiempos; no quiero que los talleristas (que vibran bien) se duerman con mis peroratas.
Y digo que ya no voy a blasfemar porque ayer me salvé de que me arrebataran la bolsa (o las bolsas del súper, le tocó a la que estaba a 3 metros de mí); parece que la acera de esta colina se ha convertido en campo de pillerías: van tres atracos con el mismo modus operandi (¿qué, ya no debo llevar bolso?). Enfin, la violencia tiene una energía expansiva, lo deja a uno tristemente eléctrico.
Me voy a comer pollito con mole; dejo el espíritu de lo que guisé (y no es san pollo, a los pollos no les es permitida la santificación):

jueves, febrero 05, 2004

Ajá, las últimas horas las he dedicado a un folleto de Airmakeup=cara nueva con aerógrafo, ja. Mi máquina está hecha un desastre y esta mesa tiene ceniza, manchas-de-lo-que-sea y pilas de libritos, papeles y azúcar de unas gomitas devoradas con lujuria. Prefiero un proyecto monstruosamente grande que muchos y variados (¿que tiene que ver el makeup con la poética de Dolores Castro?); esa horda de trabajitos retroalimenta mi dispersión cósmica, me provoca dolor de espalda y de cabeza (no, el de cabeza se lo debo a mi vecino que está construyendo una plataforma de lanzamientos y lleva taladreando todo el día ¿o tendrá una mega muela de visita?). Además me desconecta del mundo real (cuasi real) por lo que ahora sintonizo una estación de radio retro para escuchar las noticias.
Y nada, apenas entendí el escandalito ese de la pastilla abortiva bla, bla. Aborto, a favor o en contra. Cada quién elige su postura, y DEBE haber libertad para elegir la propia. Pero lo que me encabrita es esa actitud arrogante y alambicada de creer tener el poder de mandar a alguien a los infiernos: Oye, tú, sí, tuuuuuuuuu, estás excomulgado, ¡pal infierno pecador! (Pues qué chingaos, ¿no me van a dar pasaporte pal cielo, código secreto, contraseña o qué?)
Para dejar de preocuparme al respecto, que tanta incertidumbre altera, mejor mandaré una carta pidiendo mi excomunión: dearest Pope...
Y vivieron felices para siempre. Ok, me voy a darle al asunto del aerógrafo (que igual ha de servir para decorarles el seso a dos que tres habitantes de este país pintoresco).

martes, febrero 03, 2004


El buen Buzali me envió unas imágenes, que supuestamente son de Dalí. Con firma y todo. Sean de quien sean están sublimes. A la mar...

Oh, sí, La Candelaria. Una fiesta mariana, o sea, del culto a la virgen. El día de La Candelaria se celebra La purificación de la Virgen (sí, por eso es virgen). María no volverá a pecar, y no porque se lo prohiban: es tocada por la gracia divina y en ella la tentación no hará meya. Además es librada de la impurezas implícitas de la maternidad: la concepción y el alumbramiento. Y esta es palabra de Dios (te alabamos, bla, bla).
Sí, ser madre está catalogado como algo sucio en el Antiguo Testamento (háganme el ca... favor). Y sí, de ahí la Inmaculada Concepción (cuyo festejo es otro día). Y sí, toda esta visión de inmundicias y purificaciones me parece absurda.
Supongo que todo este asunto de la maternidad ¿divina? tiene algo que ver con la costumbre de llevar niños-dios a la iglesia. No tengo ni idea si en otros países ocurre lo mismo, pues supuestamente el festejo se limita a una procesión con velas (candela-candelaria), por aquello del fuego purificador. Pero sí, junto al niño por bendecir se coloca una vela (que resultará bendita).
¿Y yo por qué sé esto?
Ah, en mi otra vida fui monja (a huève). ¿O bruja?
Mejor me voy a prender mis cirios y a guardarme en la oración.

p.d.: (San plátano, el más bendito, dame luz)
p.d.bis: (no tiro al niño-yeso porque sus ojillos de vidrio me provocan ternura, uf)

lunes, febrero 02, 2004

Hace muchos, muchos, años en esta casa hubo un niño-dios; no era un niño de carne y hueso sino de esos hechos de yeso, pintura color carne núm. 23 y lo que lo hacía único: ojos de vidrio. En esta colina nunca han entrado los dioses (salvo san Plátano y su amarilla iglesia); pero en cuestiones de tradición y festividades, todos se apuntan. Un día como hoy (efemérides del aljibe), en el siglo pasado, solíamos vestir al dichoso niño-yeso --con trajecito nuevo-- para luego ir, en procesión, a la iglesia de La Candelaria (mero pretexto pa otear otros muñecos y comer buñuelos).
Hace años que no cumplo el ritual. No es el no-deseo por los buñuelos sino el no agendar la reparación del mentado niño, el cual fue presa de la fauces de mi perro negro --ya extinto--.
Y hace años el niño-yeso está guardado en un cajón, sin brazo, sin pierna y con senda tarascada en la barriga. Y por ahí andan los trajecitos del Sagrado Corazón, del Niño de las palomas y de san Juditas.
No. Hoy tampoco le toca paseillo.

domingo, febrero 01, 2004

Están los días que semejan hormigas, una tras otra, moviéndose rítmicamente, y con sumo cuidado de no salir de la fila india. Los días inmediatos tienen forma de hormigas y más vale seguir la línea, so pena de perderse por ahí. (Aunque ayer dejamos el hormiguero y disfrutamos golosinas y rostros y voces muy gratas en esta colina).
Los días inmediatos también tienen tonalidad de hormiga; quedan horas de máquina y unas combinaciones extrañísimas: de la cultura mixteca salte al maquillaje en aereosol, de ahí hable con el conejo Fermín para elaborar el código de barras de esa portada con los colores virados...
Alguna hormiga encontraré que lleve atril y lentes porque me dieron otro libro de Roald Dahl, y leerlos en pareja resulta más rico.
A este domingo le tocan horas laborales (mismas que le robaré a otro día para visitar al árbol). Me voy a la fila india, con las hormigas.