domingo, febrero 01, 2004

Están los días que semejan hormigas, una tras otra, moviéndose rítmicamente, y con sumo cuidado de no salir de la fila india. Los días inmediatos tienen forma de hormigas y más vale seguir la línea, so pena de perderse por ahí. (Aunque ayer dejamos el hormiguero y disfrutamos golosinas y rostros y voces muy gratas en esta colina).
Los días inmediatos también tienen tonalidad de hormiga; quedan horas de máquina y unas combinaciones extrañísimas: de la cultura mixteca salte al maquillaje en aereosol, de ahí hable con el conejo Fermín para elaborar el código de barras de esa portada con los colores virados...
Alguna hormiga encontraré que lleve atril y lentes porque me dieron otro libro de Roald Dahl, y leerlos en pareja resulta más rico.
A este domingo le tocan horas laborales (mismas que le robaré a otro día para visitar al árbol). Me voy a la fila india, con las hormigas.

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