jueves, febrero 12, 2004

Si continúo durmiendo fragmentadamente pronto haré crack (sí, como un ejote); van dos días que abro mis ojillos a las 5 en punto; por temporadas, a lo largo de mi pepinilla vida me ha pasado eso: despertarme a la misma hora. Tuve el ciclo de las 4, de las 3:45, de las 5:20. ¿Qué parte de mi seso, aún existente, programa esos inútiles despertares?
Y bien, a propósito del aniversario luctuoso de Julio Cortázar (que es hoy), Fatal Espejo lanzó su nuevo certamen relámpago de minificciones: manual de instrucciones. En bloguilandia hay dos tres que podrían escribir algo a tono.
Ah, por ahí asomó un pequeño planeta que no es el del principito aunque alberga a ciertos príncipes: alphanor.
También encontré mi blinkie de la caja de crayolas, una lista peculiar y con la que comparto ciertas creencias (o sueños guajiros):
Por último (uf, post harto fragmentado, como crack de ejote), un poema de Cortázar, (dulces sueños):

NOCTURNO

Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían, y si esperaban verme.
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets.
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer sube y baja una pequeña escalera
como un capitán de navío que desconfía de las estrellas.
Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche.
Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la ventana que tengo a mi espalda.

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