domingo, febrero 15, 2004

Soy una mamá barco, a la mínima provocación hago la tarea de los críos; ni tan mínima provocación: el sitema educativo de este país (y de todos, a huève) tiene mohosos monstruos devoradores de tiempo.
Hoy, por ejemplo, capturé un pseudo resumen de los romanos de un pseudo libro de historia de SANTILLANA. El libro es una mierda (perdonará san platanín mi escatológico lenguaje): mal, pésimamente mal escrito, sin ninguna referencia a la literatura o a la escencia del hombre y con una ligereza que asusta. Y claro, no sueño que los parbulillos de la secundaria se sumerjan en los ajetreos históricos pero los editores-autores podrían tener la mínima creatividad para esperar que alguien se interese en esos tópicos. (ah, lo olvidaba, la maquinaria editorial también es un árido negocio).
Y sí, dos horas de mi glorioso domingo capturando letritas; mientras, la hija pudo leer, al fin, Coraline de Gaiman (que dice está hermosísimo). Coraline y los romanos no tienen nada que ver, pero 1. ya leyó el patético capítulo de SANTILLANA y 2. ya encontrará libros sobre el Imperio en su andar bibliófilo (I hope).
En fin, que estos hijos aprovechen ahorita el mamá-barco que ya naufragará algún día (y que después de ese día recuerden el ruido de las olas).

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