Arcano XII
Tarot de Marsella
Si buscamos los orígenes iconográficos de este arcano encontraremos ciertas representaciones de tortura y suplicio medieval. Sin embargo, en las representaciones primeras de dicha carta, el rostro del colgado no muestra señales de sufrimiento alguno. Esto nos remite a algunos cuadros donde los santos, ante el suplicio, elevan la mirada a los cielos y su rostro --casi siempre iluminado-- refleja sólo la paz interior.
Para los que ven aquí un arcano aciago, basta reconocer en El Colgado la imagen de El Mundo (arcano XXI) invertida: la gran obra no está terminada, pero está en proceso de ser realidad. El Colgado es otro arcano de "parada necesaria", de meditación, de autoconocimiento; muy similar a El Ermitaño.
Es una carta de iluminación que sólo es posible con el trabajo interior. Es una analogía del "árbol invertido", icono utilizado en varias religiones y el cual arraiga sus raíces en el cielo para brindar sus frutos en la tierra: es la representación del puente entre lo espiritual y lo terreno, es el emisario de lo que creemos inaccesible.
Tarot Victoriano
Este es el arcano de la inmovilidad, del sacrificio, de los caminos arduos pero también el que nos enseña a ver desde otra perspectiva tan necesaria para saber cuándo llegará la transformación y cómo ha de ser aceptada (el arcano que le sigue es el sin nombre, el XIII).
En su lado oscuro, El Colgado nos ata a la inacción, nos enreda con apegos ociosos y con relaciones que nos aplastan. Nos llena de pensamientos fatalista o nos enseña a evadirnos de la realidad cuando ésta no es lo que esperábamos.
Cuestión de saber cuándo es prudente balancearse, y cuándo hay que desatarse y ponerse a andar.
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