jueves, septiembre 01, 2005

burbujas retro

A nadie interesa si estoy regando migajitas sobre el teclado provenientes de mi pan de caja que abriga unas rodajas de salami; o si observo cómo el reloj se acerca al mediodía lo cual indica que es hora de cocinar; o si el tiempo ya no es mi tiempo porque mi trabajo se ha vuelto demasiado "serio" --para mi gusto--. Todo esto es intrascendente para el ojo lector. Pero lo que sí debe interesar es la higiene lúdica: si el baño de cada día se convierte en un rápido chapoteo el la regadera ¡temed la ira de los dioses! porque se pierde cualquier disfrute.
Hacía rato que no compraba un gel de baño, tuve que conformarme con vil jabón que, aunque perfumado, no regala las mismas burbujas ociosas y aromatizadas que el gel. Nada mejor que llenarse de burbujas, hasta quedar blanquito de jabón. Traten, háganlo, burbujeen en la bañera o en la regadera. Es bueno pa la salud (Bob esponja lo sabe, por ejemplo).
Y ojo al elegir la fragancia: destapen el recipiente aunque el poli del súper los vea con ojos de gavilán. No vaya a ser que terminen mareados con un aroma de durazno y se desmayen y se ahoguen en la coladera.
Y nada como el afiche retro para hacerse una idea:

Para el aljibeño pendenciero, jabón El Gato:



Para el aljibeño poco afortunado, jabón El Trébol:



Para el aljibeño pasado de lanza, Jabón del Explorador:



(Aunque ya sé que, a escondidas, comprarán uno más fancy, no se hagan):


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