viernes, noviembre 25, 2005

De soles alternativos

El invierno chilango se caracteriza por su sol blanquecino chingaretinas y su viento gélido arrasanarices. En algunas construcciones, como es el caso de la colina, la combinción hace estragos. Sin ninguna inversión uno se convierte en poseedor de una cámara frigorífica. No hay tragedia en ello, siempre y cuando uno saque chamarras, colchas y zarapes para sobrevivir estos muros. Pero el rigor se siente cuando uno debe desvelarse frente al monitor; alrededor de las 3:00 AM se puede llegar a algo parecido al éxtasis: el monitor se transforma en Medusa y sus ojos de bits resplandecientes hacen lo suyo. El usuario se transforma en piedra. Así estaba yo, aterida, en calidad de estatua, cuando Roderico, siempre fiel, me prometió dar con la solución al helado fenómeno. Hubiera preferido que el muy bestia se ofreciera a traerme una taza de café, o mejor una de chocolate espumoso. Enfin, no hay modo con él.
Hoy, sobre mi mesa de trabajo, encontré un bonito muestrario de "Soles alternativos". Y estoy obligada a compartir este proyecto con el aljibeño invernal, o friolento. Va:


Proveniente de los esplendorosos campos de Florida, el sol cítrico no sólo alumbrara su entorno sino que garantizara, en cada bronceado, la dosis diaria recomendada de vitamina C.



De los laboratorios Transgechick llega el primer astro libre de colesterol, sienta su calor abrazador directo en el tuétano mientras sopea, con pan o tortilla, su sabrosa yema.



Proveniente de las más exóticas islas del Pacífico, el primer sol aromatizante-incluido es el ideal para el fumador o para embellecer cualquier cocina; vea cómo, en un acto alquímico, sus rayos fulminan las espeluznantes partículas del mal olor.



Sol acuático con ojos y hábitat innovador. Sólo para niños. (nota del editor: lo escogí nomás porque es amarillo).


Tengan todos un soleado fin de semana, Yo me voy al Templo Mayor. Tan-tán.
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