lunes, febrero 14, 2005

La casa es un desmadre y el inútil de Roderico se limita a nadar y hacer buches de pintura en mis mezclas coloridas. Según el tiene artritis ¿cómo? si no tiene ni un pedazo de pellejo en las coyunturas. Pero enfin, mientras nada cual charal me cuenta una historia "antes de":
"Érase una vez un bosque verde. En él revoloteaban las mariposas, fluía un río y se elevaba una montaña. En la cueva a orillas del río vivía una osa. En la cueva de la montaña escarpada vivía un oso.
Un día, cuando los salmones regresaban a su casa, todos los osos se reunieron en el río para comer. Porque los osos, todos, son glotones. Oso cazaba. Osa cazaba. Y entre caza y caza se toparon nariz con nariz. Oso y osa se enamoraron, y para su amor construyeron una casita lejos de la cueva de la montaña y lejos de la cueva del río. Se casaron y tuvieron un bebé oso. Entonces oso y osa se llamaron papá oso y mamá osa. tan-tan".

Y esta es la historia "antes de" de los célebres osos de Ricitos de oro. Lo difícil es conocer la historia "después de" (en este caso, "después de nefasta Rizos de oro"). Podemos adivinar que papá oso (antes oso) reparó la sillita de bebé, que mamá osa (antes osa) tendió las camas; y tal vez dejó de preparar avena mañanera; y que bebé oso tuvo pesadillas recurrentes con una niña. Pero ¿qué pasó después? Roderico dice que todo lo que está enfrente es un misterio (voy a darle un brochazo, ¡Feliz valentín!).


papá oso y mamá osa antes de Ricitos de oropel

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