1. En lo que intento terminar de elaborar varias golosinas para la actualización anual (oh) de Osiazul dejo aquí una probadita de esa extraña retaceria llamada Equinoccio de Francisco Tario:
"Existe aparte de todo, un adminículo minúsculo, seroso, movible, sujeto a convulsiones y espasmos, que llamamos familiar y risueñamente campanilla. Campánula -- sería más eufónico. Más, ¿si fuera el alma?
¡Oh, mundo lleno de enigmas! He aquí, sin ir más allá, esa titubeante campánula, con su aspecto de dedo amputado, de esputo o badajo, de pene en embrión, tierno, casi eréctil, aparentemente inútil, pero que en un remoto y oscuro día pudo ser muy bien el dedo secreto con que el hombre se hurgaba las narices por dentro. ¿O el dedo sin uña, en perfecto y activo funcionamiento, apto y necesario al mismo tiempo para provocar los grandes vómitos de la inteligencia? Vómitos de ocurrentes elucubraciones, que tan útiles le fueron al sabio para crear su Demiurgo. ¡Demiurgo! -- éste es el nombre.
--Siento, doctor, no sé qué en el Demiurgo--"
2. Y he aquí una recomendación en bloguilandia. Estos días últimos también es delicioso leer los blogs de Julio Salinas y de Kika. Probad.
**
martes, julio 19, 2005
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario