domingo, julio 17, 2005

otra cruzada ociosa

Un santo triste, es un triste santo , (San Juan Bosco).

Regresé a la iglesia en la que, hace unos meses, había descubierto un santo nuevo como compensación al no encontrar la estampita milagrosa de otro. En aquella ocasión repetí mentalmente su nombre para guardarlo en la memoria. Pero mi dislexia neuronal, o mi atención mononeuronal, borró el santo nombre de mi cabeza.
Ahora, con el nombre escrito a lápiz, traté de encontrar los retazos hagiográficos de San Caralampio. Pensé: ¡Hey, qué bonito santo p'al aljibe!. Y nada. No hay ni un jironcito del santo.
Y volví a pensar: ¡Oh, iglesia, ingrata y desmemoriada!
Sin embargo descubro que allá en Chiapas, en Comitán, existe una iglesia de san Caralampio, y una fiesta y una referencia a que es el santo patrón del lugar. Y me parece exquisito encontrar la efigie de ese santo en una iglesia escondida de esta ciudad. Pero de su vida, nada.
Y tal ausencia no es ningún enigma. Ha resultado que el santo pertenece a la iglesia ortodoxa y esos santos no están incluidos en el santoral católico. No están autorizados, ja.
Y me parece aún más exquisito encontrar la efigie de un santo ortodoxo en una iglesia católica, y que los comitecos tienen "permiso" de adorar a un santo no autorizado. Aquí es inevitable recordar aquello del Sello de Origen vital en las botellas de vino o en los productos de exportación; e imagino a ortodoxos y católicos recomendando a la grey verificar el Sello de Origen antes de consumir cualquier santo.
Mas en cuestiones de fe, o de cruzadas ociosas, no debería existir frontera alguna. Aquí es inevitable recordar al santo patrón del aljibe quien no necesita de sellos ni de validación alguna, tan poderoso es él. Ni hablar, san Plátano es único.

pd: sólo pude descubrir que san Caralampio asiste a aquellos que padecen "minusvalías de locomoción".
pd2: ¡Mi reino por la vida de san Caralampio!
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