botanitas de agosto
En un libro nunca escrito leí que alguna vez existieron olivos en el cosmos pero que un asteroide distraído los derribo todos. Y que de ellos rodaron al infinito millones de aceitunas maduras, algunas verdes, algunas negras y las menos rellenas de pimiento y anchoa.
Ya he enviado a Roderico a hacer el mandado, traerá una caja repleta de palillos. Hoy, por la noche, iremos de paseo al cielo, a ensartar aceitunas. Alguien debe de alinearlas. Los astros andan alborotados y alboratan esta nuestra tierra --que no es más que una colina algo árida, repleta de edificios, comercios, banquetas y semáforos que pocos respetan--.
Sí, seguramente Roderico le dará un mordisco a alguna estrella. Ni él ni yo conocemos su sabor.
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