El afán de la sublimación. Hoy arreglé un clóset. No es cierto, lo dejé a medias. Cada uno tiene sus siniestros, mas cotidianos, sistemas de exorcismo. Suele ocurrir que diversos demonios, fantasmas (o cualquier entidad de su preferencia) insisten en regresar, en pararse enfrente y paralizarnos. Y limpiamos, ordenamos, guardamos y tiramos (amos, amos) para lograr la liberación ¿de uno mismo?
Total, creo que me meteré en la lavadora y con un kilo de detergente harto burbujeador terminaré con esta pseudo limpia interior.
viernes, abril 25, 2003
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