Y bien, después de una tortuosa odisea llena de garabatos y pruebas mil, este blog va (o viene); imagino que algún día me moveré como trucha asalmonada en estos parajes (lo dudo); mientras tanto saboreo este dejo de orfandad, sí, orfandad: algo así como ¡el toma tus cosas y sal al mundo hijo mío! Sí, vámonos a pisar charcos.
viernes, abril 25, 2003
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