miércoles, septiembre 10, 2003

Tiempo muerto= esos cuartos de hora que no sirven para iniciar o terminar. No llegué antes porque el taxista tomó una extraña ruta; para cuando me di cuenta terminamos perdidos y con los minutos friéndose bajo el rayo del sol. Ni siquiera había puesto el taxímetro. No quise averiguar si lo hacía por imbécil o por mal-vibrado. Me bajé y caminé hasta la ruta conocida. El orden es tan precario, frágil. No hice lo que tenía que hacer (según mi agenda); veo incógnitas dibujadas en el techo; tengo sueño. Pero afuera todo es amarillo, y en el esternón hay cierta tibieza que sólo el aire puede provocar.

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