miércoles, mayo 05, 2004


J. P. Witkin

En algún lugar yacen las palabras nunca dichas, el acto truncado y el calor contenido que termina siendo un trozo de carbón húmedo. Y en ese calor exterminado se pierde el beso postergado que Witkin ha logrado atrapar en una imagen. Ese beso imaginado que sabe sólo en la ensoñación y termina diluyéndose por cansancio, por tibieza o cuando el objeto del deseo es otro.
Así han de verse los besos postergados: torcidos, perversos, pudriéndose...

pd: queda agradecer a lisa por nombrar a Witkin para nuestro asombro.

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