domingo, mayo 02, 2004

Las cosas que uno descubre en estos caóticos libreros. Hace un tiempo el tarot-master me dio a leer una curiosa noveleta de Raúl Navarrete. Ahora descubro un pequeño libro, amarillento, de la editorial Joaquín Mortiz: Memoria de la especie (1977). Sí, es del mismo Navarrete.
Se me antoja que este poema flote en el aljibe. Caray, y dicen por ahí que los gerundios son atroces. Pero en este poema el gerundio es el centro.

Mujer muerta
Raúl Navarrete

Con ojos no del todo descompuestos
una mujer muerta nos está mirando.
En años breves y días dificultosos
otros tiempos vivió, otros fueron sus gestos,
las ropas que ahora usa y el temblor de sus manos.
Nos mira muerta, nos está mirando
la mujer. Más allá de nosotros parpadea sentada
en la rama de un árbol. No sabemos cómo fue a dar
allí. Se examina los brazos, abre y cierra los ojos.
Parpadea y aparta las delicias de la luz
encantada. Qué le diremos, qué vamos
a decirle si nos está mirando y se mueve y parece
que nunca más va a irse. Descalzos
y amarillos se deshacen sus pies. Su pecho
aún se agita. Nada dice la muerta.
Sólo ahora con ojos aún no descompuestos
se mueve, nos mira, nos está mirando.

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