miércoles, diciembre 15, 2004

La tradición dicta poner un arbolito natural, por lo menos la intransigente tradición de esta casa. Este año los árboles salieron a la venta el día de la Revolución (20 de nov). Ya no hay árboles. La tradición también dicta poner el arbolito natural y navideño el 8 de diciembre y no por Concepción sino por otra tradición, más antigua, que proviene de la infancia.
Hoy es quince y en esta casa no hay ni una esferita. Ya no hay árboles. El cierre laboral estuvo y está en números rojos; los números rojos no afectan los gastos básicos pero sí mis trivialidades festivas, y todas las trivialidades sinónimo de divertimentos.
Pinche tradición. Estos usos y costumbres son arma de dos filos. Bastaba tener un arbolito artificial para sacarlo de la caja, sacudirlo y ¡vòila! Las opiniones aquí son encontradas:
La hija dice: No hay árbol ¿qué importa?
El hijo dice: No hay árbol... (silencio de quien ha visto un espectro)
Mamá dice: No hay árbol... (silencio y pensando seriamente en ir al jardín comunal y chingarse un pinito que acaban de sembrar).


Enfin, en lo que aprendemos a ser como la hija para no ser tan aprehensivos, o terminamos con la tradición, puede que cuelgue las esferas y las lucecitas en los libreros, total, son árboles procesados... los dioses arbóreos me están cobrando la cuenta.

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