En lo que llegan unas correcciones matemos el tiempo en el aljibe donde en lugar de burbujas penden carámbanos. Este cuarto es un congelador. Aunque se me antoja más matar palabras, estos días andan rejegas. No quieren venir (¿o yo les cierro la puerta?). Entre mi logofobia artificial, el frío que entume dedos e ideas y la decidia, las palabras no vienen sino que se van.
Dice Roderico que para aliviar este malestar basta arrancarse de cuajo el seso para ponerlo a remojar en una solución 2 a 1 de agua y algún limpiador floral. Me voy a buscar una cubeta antes de que lleguen las correcciones aquellas.
martes, enero 25, 2005
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