Los libros cruzan el mar. El niño-muerto me ha enviado el último de Panero. Ya lo leí. Y algo me dice que la luz se extingue, o siempre estuvo extinta. Y no me refiero a la calidad, no, sino a una implosión. Leo y tengo la sensación de sólo tocar con la yema de los dedos la voz interior de otra voz interior: interiores al infinito:
Te esperaré hasta el amanecer
y lloraré cuando vengas
de haber llorado
de haber rezado al silencio
por haber llorado
por despedazarme otra vez
oh violeta pálida del silencio
oh colorido azul de la nada
único asesino, único resplandor
victoria pálida del silencio pálido
(Carnero lo dijo
en un mundo sin nada.)
Leopoldo María Panero
miércoles, julio 28, 2004
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