1. Ha de ser el calor y el pinche sol tatema pieles, me la paso con sueño, mucho sueño y si duermo el sueño no se acaba porque entonces sueño. En la madrugada desperté y había un ser pequeño junto a la cama. Pa quitarme el miedo me levanté y fui a la cocina a fumarme un cigarro; como si el inmundo humo que me merma los pulmones fuera un conjuro. Supongo que me quedé clavada en la descripción de un niño: gracias al calor que me aplasta leo todas las tardes y ayer terminé un libro de José Revueltas, uno que no conocía. Pero de Dormir en tierra no fue el niño, hijo de puta (Revueltas dixit), el que me conmocionó sino otro cuento que he buscado en la red con el afán de recomendarlo. Pero ni madres, no está, así que habrá que esperar a la proxima actualización de Osiazul pa leerlo y releerlo, ha de ser el cuento del mes.
2. Ese otro cuento también tiene niño, más bien niña y diferentísima al otro niño; y no se trata de esos niños-personajes alegorías de la maldad, o víctimas de sucesos sobrenaturales o de fantasmagorías de infancia: son esos niños anónimos, de todos los tiempos, de cualquier lugar.
3. Ha de ser el calor, de ahí que me haya obsesionado con los niños de Revueltas; y por ellos, o por el calor, me puse a hacer gelatinas: pero en la cocina no flotaba el aroma artificial de la fresa ni del limón sino un olor a cocoa idéntico al que emanaba de un libro que tuve de niña --una taza de cocoa impresa que tenía un parche con aroma--. Y mientras hacía gelatinas mentaba madres porque mi nariz estaba descompuesta, ociosa, olfateando recuerdos.
4. Hoy comeré gelatina, verde y roja, antes de dormir, que no quiero despertame en la madrugada y ver niños espectrales a lado de mi cama; y tampoco quiero dejar de leer esos hechizos gramaticales del Revueltas, ahora quiero el Dios en la tierra donde aguardan sus cuentos completos --y tal vez otro niño, y tal vez otra iña--.
5. Amuleto de gelatina retro:
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