domingo, abril 03, 2005


De la Danza Macabra de maese Holbein


En las últimas horas miles de lágrimas pías caen por doquier; ojalá fueran millones, o billones, para crear un gran río donde todos los píos, beatos y anexas se ahoguen. Y en la marejada, arrastren su fe anquilosada, su moral anquilosada, su esperanza anquilosada y toda la inmundicia detrás del telón. Pero, los milagros andan escasos. Queda esperar la llegada de otra efigie dorada para ser venerada como dios. (Ojalá los muertos se llevaran sus ideologías a modo de mortaja).
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