domingo, abril 24, 2005

2 años en bloguilandia



Y blogs van y blogs vienen. Podría preparar mi discurso sobre la poética del blog, o sobre la ética del mismo, o su utilidad, o su carencia. Pero nada. La bitácora virtual se antoja una pequeña rendija por la cual apenas logramos adivinar la silueta del otro. No sé si es escaparate de egos, de ocios, de vacíos existenciales, de creatividad o de propuestas. Lo que sí es una certeza es la complicidad al jugar con la palabra escrita. Gracias a los aljibeños que comparten y retroalimentan el monólogo.
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