Sorprendida. Que allá en la tierra de la purificación les ha fallado el marketing: no hay Papa latinoamericano sino uno alemán. Sorprendida. Gente de derecha estad felices y celebrad. Gente anatema, estad felices y celebrad. Para unos el dulce sabor de los cánones ultra conservadores; para otros la garantía de que la cruz de occidente algún día hará implosión.
Lo sentimos, para la otra será, el tercermundo no combina.
Y como, ahora más que nunca, no hay oportunidad de tener una papisa hoy decido, con mi Marlboro mentol a modo de fumata blanca, declararme Papisa de la colina (favor de enviarme unos retablos, estofados y demás parafernalia para crear ambiente, prefiero los del s.XV).
Y para iniciar mi reinado bajo el nombre de Santa Erika de la Bugambilias, de la orden de los platanicos, llevaré a cabo mi primer oficio: casaré a mis monitos (ambos regalos de gente querida y que en algo me entienden): Santa, santa, santa...
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