Qué sueño, desperté a las 3 de la mañana y después sólo pude dormitar; soñaba que había bichitos en la cama, bichitos microscópicos que provocaban comezón. Me dediqué a deambular, ya despierta, rascándome piernas, cuello, brazos (y seso). El bichito en el seso era algo que me dijo Rax, que además de escribir sobre cuchillos puede ser muy certera con sus observaciones.
Y con sueño he tratado de ordenar mails pendientes, contestarlos; algunos de trabajos que ojalá terminen de cuajar, otros familiares. Releía unos apuntes para esta tarde y sin previo aviso uno de mis golems se puso a hablar. He abandonado a esos pequeños, tal vez porque dejé de creer en las palabras o por desidia o por sabotaje. No importa qué camino se toma, al final asumirse es vital.
miércoles, noviembre 12, 2003
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