En algún lado de ese árbol hay un pájaro que no para de rechinar, un sonido repetitivo, que no pío sino piopp, así, con doble p. ¿Se habrá rayado? como aquellos discos de acetato que podían convertirse en emisarios a la dimensión desconocida. Entre el piopp-piopp y el clic-clac del mouse no hay manera, así que pongo Eurythmics hasta que vibren los cristales, y por ende las neuronas de mis vecinos. Hoy debemos terminar la revista, con pollos o sin ellos (así es, todo lo emplumado es igual a pollo). ¿Por qué no me gustan los pollos? Tan no me gustan que tengo una colección de escenas apolladas (¿o de pollería?). Traeremos unos trinos por aquí...
lunes, junio 30, 2003
sábado, junio 28, 2003
con Jell-o es más divertido (cortesía de los patrocinadores)
Publicado por Erika Mergruen en 10:49:00 p. m. 0 comentarios
Lluvia ¿será la humedad que nos pone aprehensivos? La clase, supongo, estuvo bien (tal vez todos los alumnitos se durmieron, pero seguro tuvieron grises sueños). Lluvia. La humedad modifica la consistencia de la materia: tenemos los estados sólido, líquido, gaseoso y gelatinesco. Hoy tengo el esternón gelatinesco (no sé precisar de qué sabor); esos días en que cualquier movimiento o palabra externos perturban la impávida superficie. Mmm, me gustaría ser gelatina de jerez, como aquellas de la infancia (tenían ciruela adentro), aunque las de limón con rompope son otra opción. Esconderse en casa es grato, y tener un trabajo urgente también (todo para el lunes): toca desvelada para mañana salir un rato (me cuidaré de no tomar sol, no vaya yo a derretirme).
Publicado por Erika Mergruen en 10:26:00 p. m. 0 comentarios
viernes, junio 27, 2003
Mujeres que flotan en el ambiente, mujeres que sólo poseen un nombre y en la unidad guardan el deseo del observador. Algunos personajes de Poe (no todas) constituyen el ánima que guarda los secretos del pensamiento, del conocimiento y secretos del inconsciente: lo femenino en su papel de misterio ancestral. El deseo de poseer lo inasible provoca la escisión en la mente de los personajes masculinos: la obsesión, la anestesia de drogas las visiones bizarras, hasta el fetichismo (Berenice). Y pareciera que la posesión de las ideas puede ser más destructiva que la posesión de la materia. No. El verdadero tremor radica en el desequilibrio de la unidad: espíritu-materia. Desear hasta la locura, el ánima o la materia, deriva en la exterminación del sujeto. Antes que Freud, y toda la avalancha del estudio del pensamiento, maese Poe logró intuir y plasmar (acaso vivir) los perturbadores mecanismos que llevan a cruzar el umbral de la locura. A partir de Poe el “mal” no sólo aguarda en factores externos (hechizos, demonios, fantasmas, pactos...), la perversidad se agazapa en el interior del hombre (le llamó El demonio de la perversidad). En Poe no existen los monstruos traslúcidos y amorfos, y sí mentes al borde del colapso. Las mujeres-ánimas flotan en su prosa, en sus versos y en una parte de nuestro inconsciente colectivo.
Otros cuentos son punto de partida para el género policiaco, para Moby Dick, para el horror y la poesía cósmica. Pero eso es otra historia.
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jueves, junio 26, 2003
Cool, regresaron. Qué extraños parajes se abren por aquí. Enfin, ahora la que comió fui yo: dediqué los segundos del post en entender el New Blogger. Mas tenemos tildes áéíóú, acentos hay en todas las palabras: ese palito entrañable es una tilde. Fin.
Publicado por Erika Mergruen en 7:44:00 p. m. 0 comentarios
Quiero mis acentos ¿quién se los comio?
El che codigo pro-acentos NO SIRVE
Publicado por Erika Mergruen en 6:52:00 p. m. 0 comentarios
Nuevo formato para bloguilandia; y uno que es sabandija de hábitos.
Publicado por Erika Mergruen en 6:16:00 p. m. 0 comentarios
martes, junio 24, 2003
Un molesto catarro veraniego repta por las paredes, llevo días escapando de él; entré a la cocina y lo descubrí agazapado bajo el refri, tomé un libro y estaba impreso en el colofón, ayer lo descubrí columpiándose de la lámpara-tucán del cuarto rosa. Hoy no lo he visto. Supongo que encontró un pliegue en mi almohada y, por la noche, logró su ansia de posesión. “Ansia de posesión”, a eso dedicaremos estos días, no con el catarro, sino con las mujeres de E. A. Poe. Toca clase sabatina, nuevamente. Buen pretexto para releer y tratar de poseer al de las aguas densas...
Publicado por Erika Mergruen en 12:11:00 p. m. 0 comentarios
lunes, junio 23, 2003
Domingo verde y dulce. Al fin logramos materializar una comida, o casi. Semanas y semanas de posponer un curioso guiso, total, el curioso guiso derivó en uno totalemente verde (receta exclusiva de la prendidísima Libia). Mas el verde puede resultar suculento (más que las lechugas-espinacas-quelites-acelgas-verdolagas). Y si al verde humeante de los platos añadimos amigos queridos, la semana seguirá verdeando por ahí. Creo que el rojo es envidioso, a ratos, por alguna extraña razón el rojo de las cerezas (que vivieron en un pastel) se violentó ante tanto verdor: de repente descubrimos extraños paralelismos entre el gas y los espejos, Luis Felipe dibujó flores descubiertas en un balón de fútbol y Alberto se mostró tal como es: un alquimista. RAX apartó la cereza de su rebanada de pastel (tiene una gran intuición), yo hice lo mismo (aunque ya me había comido la mitad).
Cuando todos se fueron me quedé algo triste, realmente el domingo verde fue entrañable. Hoy lunes me queda el recuerdo en un libro que me regalaron rax&albert, un libro que según cuenta la leyenda pro-me-te. Acabo de poner en orden la casa (guardar platos, barrer las flores de fut y uno que otro fragmento de espejo). Lo único curioso son esos pequeños arenques que encontré bajo el sofá: creí que el pingüino aquél era totalmente virtual (y juro que no he comido ni una cereza más).
Besos a los amigos del domingo.
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sábado, junio 21, 2003
Todo solsticio sueña transformación. (El azul se ha dormido).
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Pasarán los días. Regresaremos una y otra vez a la tarde lluviosa donde las voces se enredan. No existen seres ni historias aladas, sólo el brillo en ciertas pupilas. Reptamos sobre la tierra, ahí donde la lluvia se arremolina y escapa por las alcantarillas para llevar lo inasible a los peces.
Publicado por Erika Mergruen en 2:25:00 p. m. 0 comentarios
viernes, junio 20, 2003
RIP. Hoy mi mouse se suicidó; nunca me fijé si andaba deprimido o la carga de mi palma era tal que le provocó perder cualquier esperanza de corretear libre de cables y pad. Fue un buen mouse, sustituto de uno óptico, muy hightechno pero con una breve existencia (tan delicaditos ellos). Y digo que se suicidó porque no creo que el andar yo distraída y tirarlo sin querer sea cierto. A lo mejor no fui suicidio y por un momento el mouse se creyó Ícaro, la culpa ha de ser del cuadro que tengo aquí, Matisse puede ser harto persuasivo. Y voló unos segundos, pero los cables evitaron el despegue, o las alas no tenían cera suficiente o algún sol invisible lo derrotó. Eso es, el sol de ciertas voces que lo distraen a uno. Que el sol llame cuantas veces quiera, así tengan que sucumbir todos los mouse del mundo.
Publicado por Erika Mergruen en 1:27:00 a. m. 0 comentarios
jueves, junio 19, 2003
Será: el asfalto humedecido, la inundación de la tarde, el polvo de lo inservible, mi reflejo en otros ojos, mis mechas rojas y nuevas, un sabor presentido, la voz que no regresa, la palabra poco precisa, el final de historias mudas, las enumeraciones estúpidas; sea lo que sea hoy me duele el esternón. Absurdo. Mas eso no evita que toquemos las mañanitas:
Publicado por Erika Mergruen en 12:40:00 a. m. 0 comentarios
miércoles, junio 18, 2003
Tomé una pastilla desodorante, abrí la envoltura; pastillas desodorantes para el w.c., esas que guardan la promesa de eliminar bacterias, sarro además de colorear el agua de azul (un azul brillante, “muy limpio”). Quité la tapa del tanque y en una de las esquinas, diminuta y con el vientre plateado, una arañita trepaba despavorida por una tela que, de tan invisible, era imaginaria.
Las lluvias ahuyentan a las arañas las cuales buscan la entrada en mis ventanas siempre abiertas. Suelen elegir los vórtices, la última caja del clóset o los libreros. Nunca había visto una arañita viviendo en el tanque de agua del w.c. Será una araña mediterránea, tal vez, necesitada de brisas y oleajes, de remolinos y superficies.
Arrojé la pastilla.
Ahora me ha dado culpa. No creo que sobreviva a las emanaciones del desodorante, ni al brebaje azul que ahora corre por la porcelana. Los días son así, breves y frágiles.
Publicado por Erika Mergruen en 2:47:00 p. m. 0 comentarios
martes, junio 17, 2003
Ciertas puertas deberían estar canceladas irremediablemente; no bastan algunas tablas y clavos, algo o alguien logra abrirlas. No me agrada. Conozco el camino que serpentea después de esa puerta y a dónde llega: a un páramo. El tratado de las puertas internas es basto; unos permanecen siempre abiertas, otras son abatibles, algunas (peligrosísimas) de vidrio. Las hay ingenuas de cartulina (aunque muy coloridas). Y existen verdaderos portones medievales, con foso, y tiburón y cocodrilo y quimera. Esta puerta, la de hoy, algún día se hará muro: y viviremos felices y tibios (eso dice una vocecita) por los siglos de los siglos, tan-tán.
Publicado por Erika Mergruen en 12:14:00 a. m. 0 comentarios
En algunos caminos nunca existe la posibilidad de materializar las historias. Nos quedamos con el amado en la memoria, escribiendo palabras que él no ha pronunciado, buscando su sombra dibujada con la luna y encerramos su voz en un dedal.
Y porque la locura no es amiga nos conformamos con la foto, del que no-te-pertenece, para saciar la sed con el borde del papel filoso que corte las yemas de los dedos, y así entintar los labios. La acunamos, aspiramos sobre la superficie (las fotos no roban almas sino aromas), y la usamos como separador del libro que cuenta una historia de amor imaginada.
La observamos, dos, tres, cuatro veces al día; y aún osaremos ponerla bajo la almohada o recargada en el vaso de vidrio sin agua mientras la sopa se enfría.
Viviremos la zozobra de los días hasta que el azar nos la arrebate y otros ojos la encuentren en un pasillo de metro. Y bastará tomarla y acercarla a la mejilla para enamorarse.
Publicado por Erika Mergruen en 12:08:00 a. m. 0 comentarios
lunes, junio 16, 2003
Apolo y Marsias (El Españoleto, s. XVII)
Publicado por Erika Mergruen en 1:38:00 a. m. 0 comentarios
Y aún con una megadesvelada, de esas que entintan las ojeras y matan un tercio de neuronas, fui a ver El Españoleto. 40 cuadros, los más, memorables. Tengo el horizonte plagado de miradas, ojos de óleo que inexplicablemente logran vivir y ser humedad sobre un lienzo. Uno en especial me conectó con un asombro infantil: Apolo y Marsias. Anécdota de la mitología griega: un fauno cree superar el divino talento musical de Apolo. El dios griego (como todo buen dios griego) le enseña al fauno que la soberbia no es buena consejera: lo cuelga de un árbol y lo desolla vivo. Este amable relato lo leí en aquél Tesoro de los niños (mmm, por eso éramos tan contenidos).
El cuadro de El Españoleto es enorme, abarca un muro entero: el horror, en óleo, puede ser hermoso.
Publicado por Erika Mergruen en 1:37:00 a. m. 0 comentarios
sábado, junio 14, 2003
La melancolía es el color complementario de la ironía.
Julio Torri
Publicado por Erika Mergruen en 3:48:00 p. m. 0 comentarios
El día de Hormonitas. El plan estaba hecho: despertador, blusa planchada, mapa a la estación de Metro. Hoi iba, IBA, a ver El Españoleto. Pero nada, hormonitas reinan en estos parajes lluviosos, nada como despertar y sentir que el piso se mueve, el techo se mueve y las piernas tienen cualidad de liga (liga escolar). Hormonitas es un saboteador, una vez me hizo perder un examen (muy importante); made a volar gente, tiré a la basura letras, y siempre la sensación: me quedo en mi cueva. Claro que con los años (y los hijos) Hormonitas ha perdido poder, pero lo dicho: más sabe el diablo por viejo. Ni modo, tomo mis mágicas-pastillas-tendrás-sueño, echo ropa a la lavadora y ya tengo mi lista laboral: más foto, un cierre de libro pal lunes y mis Golems. Uf, si Hormonitas fuera Golem le arrojaría un balde de agua (dulce muerte como aquella de la bruja de Oz, muahaha).
Lo bueno es que regresó la historia de Deíctico, nada como pinguaventuras pa ponerse de buenas, allá, donde mi amiga RAX
Publicado por Erika Mergruen en 3:45:00 p. m. 0 comentarios
viernes, junio 13, 2003
Del otro lado del mar. Recibí mail de mi hermana-francesa, viene en agosto para cumplir el ritual de la visita anual. Es arquitecta, y ahora anda en un curioso proyecto: un súper ecológico (¿?). Le dije que si venderían productos orgánicos en paquetes de cartón orgánico (jeje, me la refrescó). Tiene talento la niña, además de ser una persona ordenada, perfectamente direccionada y planificadora: inversamente proporcional a lo que soy yo, the chaos. Y allá lejos, allende el océano, también está una amiga, en Barcelona; ojalá viniera con mi hermana para tomar café y fumar cigarrillos, reirnos como pubertas mientras vemos como los niños corretean en el parque. Ama las manzanas, y ha logrado construir un lenguaje manzanil inolvidable. Es su sello. A veces la distancia es insuperable: no puedo pelear con mi hermana orden vs orden, ni puedo invitarle una rebanada de apple pie (famoso en estos lares) a la de Barcelona. Sólo puedo mandarles, como diría la amiga, “besos amanzanados”.
Publicado por Erika Mergruen en 12:25:00 p. m. 0 comentarios
jueves, junio 12, 2003
Del polvo nació una cosa.
Y esto, ceniza del sapo, bronce del cadáver
es el misterio de la rosa.
•Leopoldo María Panero
Publicado por Erika Mergruen en 2:44:00 a. m. 0 comentarios
Los baches de la comunicación: hay días que esperamos una palmadita en la espalda o un don´t worry, be happy; pero ni madres, nos salen con el sermón de la montaña y el deberías, deberías (no lo haces porque eres tonta). Total que al final nos quedamos más grises que al inicio.
No es tan malo, al final uno solito se levanta (y deseamos no oir la voz del otro por un tiempo).
Por otro lado, acabo de cerrar un archivo con otro personaje (escribo algo largo); hay cierto placer en verlos aparecer, son como pequeños Golems, apenas un montoncito de arena y poco a poco toman forma, voz, gustos, hasta podría adivinar su color adictivo. Tal vez todos mis personajillos sean Golems, defectuosos y destinados a desaparecer. Pero mientras me acompañan por ahí (no, no estoy oyendo voces, ja). Crearlos es inevitable...
Publicado por Erika Mergruen en 2:34:00 a. m. 0 comentarios
miércoles, junio 11, 2003
Víctima de la ansiedad. Tal vez hormonitas ayudaron. No logramos cobrar nada, mi saldo: $10.00. Si no me pagan, no pago, si no pago inician las llamadas y los papelitos de: usted presenta saldo vencido, la inscripción es tanto, debes dos meses, debes tres, todos toman. Odio esa móndriga pirinola económica; uf, y ni siquiera tengo tarjeta de crédito (me imagino que la cosa se pondría más espesa). En estos momentos es cuando odio mi trabajo, parte consiste en rellenar tiempos y ser sensibles ante las angustias de los clientes. ¡Chinga! eso esperaría de regreso. Ese es el problema, esperar. Creo que estas zozobras económicas sólo me conectan a zozobras más hondas, reales y que habitan en extraños territorios (y por lo visto son inextinguibles). Luego pasa... Ok, checo el mail...
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Otro día de compu. Agh, y de hormonas: migraña, náusea, sueño y más migraña; y luego pastillas mágicas que dan más sueño, pero no quitan las hormonas; y si ellas se fueran la historia sería más atroz, supongo.
Las fotos tienen vida, o guardan parte de ella, dicen por ahí (y sí, los gérmenes pululan en cualquier papel, ahora escanearé con tapa-bocas).
Traje a Pilar, que así se llama-llamaba, su historia está en un libro; un libro entrañable de una española idem; dediqué horas a ese libro (más de las que me pagaron), por gusto propio, movida por el asombro de encontrar una esencia tan luminosa como la de mi clienta la española. No es una escritora ¿profesional? (término pretencioso y estúpido), mas tiene ese fuego que falta tanto a otros con más oficio. Gramaticalmente hablando, el texto es limpio; pero su voz de agua-que-corre está entre líneas. Muchos de sus personajes, reales, son memorables. Como Pilar. No todos son sombríos. La autora sabe poner foquitos a donde va (en el papel, en la casa, en quienes la conocen). Eso no se logra con el oficio, es innato.
Publicado por Erika Mergruen en 12:25:00 a. m. 0 comentarios
martes, junio 10, 2003
Día de compu. Y vengo aquí para rematar. Dediqué horas a limpiar fotos; y digo textual lim-piar porque todas son fotos caseras, unas muy viejitas: llenas de pelusas, cabellos, raspaduras, dobleces y pequeñas manchas de qué sé yo; hasta encontré una huella digital. Esta limpieza me gusta, en el monitor ls fotos son pequeños animalitos, una los acaricia con el cursor, les quita los piojos, les pone ungüento en la sarna y se asoma a los ojillos de personas, las más, que ya no existen. Sólo son recuerdo.
En una de las fotos vive una mujer muy triste, ya mayor; traté de imaginar su historia; le limpié los ojos y el cuello de su vestido negro. En otra pequeños pies de niños con alpargatas rotas esperan sobre un piso de madera; por allá hay un coche de los intocables negro y limpísimo.
He limpiado muchas fotos, hasta una vez quité un carrito de golf de la entrada de un deportivo. Un reto. Y de todas las fotos caseras que he aseado, me quedo con la de una niña que murió de forma terrible. Esa foto me asustó antes de conocer la historia. Y aún habita en este disco duro...
Publicado por Erika Mergruen en 12:44:00 a. m. 0 comentarios
lunes, junio 09, 2003
El sol. La luna
En el rostro de Num, el cielo, el ojo bueno y el ojo malo observan. Ojo-bueno: el destello en la ventana, el oro de la cosecha, la sonrisa en el rostro del agua. Ojo-malo: reino de mareas, hielo de la locura, el jirón del espectro.
Los ojos guiñan entre nubes a las aves migratorias. Solos, llueven nostalgia fértil a la tierra. Y siguen nuestros pasos, leen nuestras letras y cuentan los escalones de los monumentos. Lúdicos, dibujan claroscuros en el orden de las cosas para provocar la imaginación.
Ojos dioses (mortales mas longevos). De día o de noche el rostro de Num es tuerto.
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sábado, junio 07, 2003
El desayuno tuvo sobremesa hasta las tres de la tarde. Quedé complacida con las portadas ya impresas, reímos, afinamos un jugueteo de letras y se contaron mezquinas intrigas que pululan por ahí. Me desmañané para hacer enchiladas verdes (unas que tienen fama en esta cocina). Hoy no trabajo en nada; vimos llover, Peter Murphy en las bocinas y arrojaré una moneda para decidir cuál de mis ocios reinará en lo que resta del día.
Mis conocidos se dividen en amigo-hermano, amigo-hijo, amigo-padre; los más son hijos (tengo complejo de mamá-gallina), unos pocos son hermanos y sólo UNO es padre. Mi amigo, El Árbol, es único, y hoy estuvo a la mesa. Él ahuyenta las nubes, el ácido de los cítricos y los chismes de lavadero (la mezquindad humana es vomitiva). Curiosamente, mis conocidas siempre son amigas-hermanas (Rax es eso, una hermana). Tengo pocas amigas, las mujeres son (somos) complejas...
Sí, sí me agüitaron las intrigas esas, por eso hoy nos damos al ocio, a huir un rato pues...
Publicado por Erika Mergruen en 8:48:00 p. m. 0 comentarios
viernes, junio 06, 2003
Cada quien sus demonios y sus fetiches pesadillescos. He dado talleres de creatividad, narrativa y poesía, la de menos raiting, (contesto a El Portero), y mis clases aleatorias de Poe, Lautrémont, Carrol y Leyendas. El género creepy es una adicción (no el único en mi repertorio, ja, soy patéticamente purista). Las momias me gustan, me vibran, me engolosinan; pero una de ellas me persiguió en sueños durante años. Tengo sueños recurrentes o con letrerito de continuará... LA momia la conocí en mi infancia, en el Convento del Carmen, San Ángel (H. ciudad del plomo). Podría contar X anécdotas vergonzantes sobre: como superar el miedo, mergruen INC. El miedo se alejó por sí sólo (casi) cuando la susodicha, en sueños, se paró junto a mi cama (taquicardia, después de acechos y corretizas por sugerente ambientes oníricos). Hay terrores reales que no habitan ni en los aparecidos, ni en las momias ni en los tentáculos de los cuentos. Mas LA momia será por los siglos de los siglos...
Es la primera vez que tengo una foto de ella. La encontré, en una revista, un par de días después de visitarla, (insiste en seguirme)...
Publicado por Erika Mergruen en 1:11:00 a. m. 0 comentarios
jueves, junio 05, 2003
Que conste en actas que no planeaba desvelarme ni buscar el insomnio gratuito de la adrenalina. Cúlpese a la Compañía de Luz y Fuerza (del centro). Fiumm, se fue la luz, tic-tac y no regresó hasta que se le dio su regalada gana. Ok, ya acabé aquello. Abro mail. Los vecinos soñaron cruento gracias a mis risas histéricas: un cliente terminó de corregir sus mega-cuartillas (yo creí que aparecería en un mes más); tan fresco como lechuga envía sus archivos: ¡vamos a darle! Agh, a darle a la piñata. Veo con tristeza mis libritos pendientes (unos cuentos condimentadísimos) y MIS pequeñas cuartillas mudas. Entre más trato de librarme de todo, todo crece y crece y crece. ¿O será un vil pretexto? ¿será que sólo podré escribir en un blog? ¿será la maldición de LA momia? (Rax la conoce, jeje, luego la traigo a vivir aquí). A la calle otra vez...
Publicado por Erika Mergruen en 12:48:00 p. m. 0 comentarios
miércoles, junio 04, 2003
Sin novedad, sólo a punto de tomar un decisión (de esas cuyos resultados o son rojo infierno o anuncio neón muy pop); metemos correcciones contra reloj; cortaron los teléfonos (el embrujo de los billetes los volvió a unir); en una hora salgo a las húmedas calles y he sido bautizada por un ola de vidrios (en micro-emisario de la ciudad), mínimos rasponcillos (la suerte y la estrella están de mi lado). Y todo esto seguro es producto de haber invocado a ciertos dioses prehispánicos: existe una revistilla, que aparece cada estación, de la que poseo el honor de la diagramación complementada con pequeñas viñetas; hasta ahora había elegido las de una amiga grabadora y, después, varias del medioevo. Ahora so pretexto del solsticio dediqué la noche a preparar viñetas prehispánicas. Hermosas, pero en cada línea guardan sorpresitas.
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martes, junio 03, 2003
Sépase que también por nostalgia se peca. La dieta control-azúcar es un éxito, o era. Hoy trajeron una bolsa de pan dulce; los tentáculos de la tentación nunca son suficientes para llevarme al abismo (wow, qué barroco suena eso), claro, siempre y cuando haya decidido, tajantemente, hacer algo. Pero hoy esa bolsa era algo más que papel. Hace muchos años, cuando era niña, solía acompañar a mi abuela a una panadería, La Veiga, para comprar pan calientito para la merienda. Yo prefería las conchas o las nubes salvo cuando mi abuelo nos honraba con su presencia. Entonces me convertía en una imitadora (copycat); elegía, igual que él una bola de Berlín. Esas bolitas se hacían con la misma masa que las donas, sólo que no tenían agujero: eran una esfera rellena de crema pastelera glaseadas con azúcar. A mi abuelo esa coincidencia le complacía; yo observaba las concha de reojo, mas la aprobación tiene su precio. Qué tontita era (aún lo soy); pensaba que mi abuelo comía bolas de Berlín porque segurito eso comía en su olvidada, y odiada Alemania, pensaba que con eso me querría un poquitín y no, las historias de los adultos son más complejas. Extraño su casa, su higuera, y sobre todo a LA abuela.
Hoy me comí una bola de Berlín (años ha que no me comía una, ni recordaba el nombre, ni aquella historia). Ni modo, rompí la dieta y con el madrazo de azúcar ya me dio insomnio. El precio de los recuerdos rellenos de crema pastelera.
Publicado por Erika Mergruen en 1:32:00 a. m. 0 comentarios
lunes, junio 02, 2003
A veces los días son de exterior; no sólo por andar saltando en la calle sino por la posibilidad de alejarnos de la introyección. El fin de semana no estuve dentro de mi cabecita, salí de paseo: fui a dar clases (un grupo muy cool), comí momias, san Ángel y palabras con dos amigos. Podría escribir sobre Matrix, o sobre cómo encogí bajo la lluvia. No. Contaré una anécdota.
Hace meses caminaba junto a un amigo por las calles de la Condesa (solíamos ir a pequeños restaurancillos); frente a nosotros caminaban dos amigos, un poco apartados de nuestra reunión, conversaban de una manera curiosa, ladeaban la cabeza, escondían las manos, sincronizados. Brillaban.
Los meses pasan y aún caminan por las calles, se miran con más familiaridad y ese brillo persiste. Este fin de semana ví mucha gente, pero me quedo con esta pareja fosforescente que me hace creer en esa palabra tan vapuleada: enamoramiento. Y claro, a ellos, Rax y Alberto, un Chagal.
Publicado por Erika Mergruen en 1:11:00 a. m. 0 comentarios